Jueves 27 de noviembre de 2025, p. 16
La hemorragia obstétrica por causas asociadas al embarazo, parto y posparto se ha mantenido como la principal causa de muerte en los últimos cinco años en México. Un factor asociado es la anemia, presente en 40 por ciento de las gestantes, afirmó Zigor Campos, subdirector médico del Hospital de Gineco Obstetricia 4 del IMSS.
Una etapa previa a la anemia es la deficiencia de hierro, que debería diagnosticarse desde al menos tres meses antes del embarazo; los cuales en el país sólo 16 por ciento son planeados. En el resto, además de que ocurren en cualquier momento, las mujeres suelen confirmarlo cuando ya tienen entre seis y ocho semanas.
Con la anemia no atendida aumenta el riesgo de nacimientos prematuros, bajo peso al nacer y en el futuro puede causar retraso en el desarrollo neurológico infantil. Además, crece la prevalencia de depresión posparto y el riesgo de muerte materna es cuatro veces mayor.
En una conferencia organizada por el laboratorio Chinoin, el especialista comentó que pese a ser un problema global incluido en los Objetivos de Desarrollo Sostenible para que en 2025 los países redujeran a la mitad la mortalidad materna, el problema pasó de 27.6 a 30.7 por ciento entre 2012 y 2023. Por lo pronto, la OMS decidió extender el plazo para cumplir la meta en 2030.
La hemorragia obstétrica superó los trastornos hipertensivos del embarazo (preclampsia) como principal causa de muerte materna, a pesar de que en este caso, cuando sube la presión arterial o hay otras complicaciones asociadas “es muy poco lo que se puede hacer” para revertirlas.
En tanto, si se presenta sangrado, “lo que deberíamos esperar los médicos es que la mujer esté en las mejores condiciones posibles para ese momento”; es decir, que con una suplementación adecuada logre niveles adecuados de ferritina (más de 50 nanogramos por mililitro), de sangre, una hemoglobina de más 9 gramos por decilitro y se realice una intervención oportuna para evitar complicaciones mayores.












