Deportes
Ver día anteriorMiércoles 26 de noviembre de 2025Ediciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
Carlos Cuadras se va “a mano” con el boxeo
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de noviembre de 2025, p. a12

Los boxeadores nunca quieren irse de verdad del cuadrilátero. Les cuesta demasiado tomar la decisión y si no lo hacen convencidos, terminan en la lona arrasados por la edad, rivales más jóvenes o la vida misma. Carlos Cuadras, joven sinaloense, risueño y dicharachero, anunció que se va y lo hace con la certidumbre de dejar este oficio cruel “a mano”, es decir, sin nada que reclamar.

Todo terminó el lunes reciente, en Tokio, Japón, donde peleó por última vez. Perdió por nocaut técnico ante el nipón Tomoya Tsuboi. Algo le hizo repetir esas dos palabras legendarias que expresó alguna vez Manos de piedra Durán cuando enfrentó a Sugar Ray Leonard: “No más”.

“Cuando terminó la pelea contra Tomoya, estaba desesperado porque era veloz y yo no podía alcanzarlo. El réferi dijo “se terminó” y ahí también dije: se terminó”, cuenta Cuadras a La Jornada desde Tokio.

Admirable. A los peleadores no les es fácil la despedida, porque la mayoría dedica la existencia por completo al boxeo. Un oficio que, sin exageraciones, demanda una vocación de sacrificio, como la de un santo o la de un guerrero dispuesto a ofrendarse en aras de un ideal más elevado. No saben ser otra cosa más que boxeadores y esa es la única identidad a su alcance. No existe la condición de no-boxeador y el prefijo “ex” nunca se les adhiere de manera natural. Los púgiles en retiro siguen activos, aunque sólo sea en sus recuerdos.

“Me da tristeza pensar que ya no voy a volver a subir al cuadrilátero como peleador. Pero algo debo hacer con este oficio, porque no puedo irme del todo. Esto es mi vida, la única que conozco.”

A Cuadras lo apodaron El príncipe. Su nobleza vino de una obstinada carrera en la que logró enfrentar a los mejores rivales de su división, una época en la que se vivieron años de gloria para el peso supermosca, división que no suele llamar la atención de los grandes promotores y mucho menos ser estelar en las carteleras de Estados Unidos, el gran mercado del pugilismo.

Pero tuvo la fortuna y el talento para pelear contra Román Chocolatito González, Juan Francisco Gallo Estrada y Srisaket Sor Rungvisai. Entre los cuatro dieron vida y forma a una lucha permanente entre estos pequeños gladiadores que se debatieron por demostrar quién era el mejor de su época y lograron la hazaña de ser estelares en funciones de gran audiencia en Estados Unidos. Algunos aseguraban que desde la época de Humberto Chiquita González no generaban tanto furor en los pesos pequeños.

Fue campeón mundial en peso supermosca del CMB y encendió a quienes lo vieron fajarse ya sea en Las Vegas, Nueva York, Tashkent o Tokio. Todo podía ocurrir en una pelea de Cuadras, menos la monotonía.