Mis caminos son terrestres reúne un centenar de piezas de la artista “poliédrica”
Miércoles 26 de noviembre de 2025, p. 4
Las libretas de notas y diarios personales de la artista catalana-mexicana Marta Palau (1934-2022), que resguarda su familia, sirvieron de base para crear Mis caminos son terrestres, antología de un centenar de piezas, entre instalación, tapiz, dibujo, pintura y material de archivo, que se exhiben en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC). Palau llegó a México en 1940, acompañada por su familia, como parte del exilio republicano español, y se estableció en Tijuana.
El acceso a dicho material de archivo permitió plantear una “nueva tesis curatorial”, según Imma Prieto, curadora de la exhibición y directora del Museo Tapies, en Barcelona, donde se mostró a principios de año, ya que se trata de una colaboración entre el recinto catalán y el MUAC.
“Marta era muy buena para escribir. No hemos podido ver todas sus libretas; sin embargo, las que sí, nos han permitido entrar en su pensamiento más profundo y plantear una nueva manera de ver su obra”, expresa Prieto, a quien las “retrospectivas cronológicas” le parecen “aburridas y fáciles”. “Las obras siempre son autónomas y cuando éstas son fuertes en general es porque hay un marco conceptual en que se sustentan. Hay conceptos que pueden aparecer en la obra independientemente de la época”, acota la curadora.
Con esta nueva tesis curatorial, hacer la muestra “retrospectiva” equivaldría a “no haber entendido nada, porque el nuevo guion que planteamos se basa en la relación entre historia y magia, sobre todo el tiempo histórico que, para Marta, no es lineal, sino cíclico. Eso lo escribe en sus libretas. Por eso hacer una exposición lineal sería en contra de su propio pensamiento”.
Para la curadora, Palau tenía “mucha intuición que era capaz de canalizar”. Luego, “todo esto lo pensaba, lo transformaba. Me imagino que ciertas lecturas a la hora de trabajar influyeron en su trabajo, aunque fuese de modo no consciente”. Destaca que tenga “tan presente a Madame Blavatsky, teósofa rusa del siglo XIX, y habla de un análisis de la sociedad que afecta a la historia y al modo de entender esa magia, esa parte espiritual de las obras”.
Diario de un fracaso
El título de la muestra se retoma de una realizada en 1985. Gracias al acceso a los diarios personales, “se encontró uno de ese mismo año titulado Diario de un fracaso, en el que explica cómo seguramente lo espiritual siempre ha estado en su trabajo; sin embargo, ella no era consciente de ello. Ese mismo año tituló una exposición Mis caminos son terrestres. Es decir, una espiritualidad que es terrenal. No es un más allá, es un más aquí, una parte espiritual que necesariamente surge de un diálogo con el entorno, con la naturaleza”.
Prieto supo de la obra de Palau “por casualidad”: “era la época de la pandemia. En un libro mío de artistas mexicanos encontré una fotografía de una obra de Marta. Su apellido me llamó la atención porque también soy catalana. Al buscar en Internet di con el contacto de su hija, Marta Gassol. Le llamé por teléfono, dije que me interesaba la obra de su mamá y que irá a Tijuana para verla. Estando allá le escribí a Cuauhtémoc Medina, entonces curador en jefe del MUAC, quien me comentó que Amanda de la Garza, la anterior directora, también estaba interesada.
“De regreso de Tijuana, paré en la Ciudad de México, me reuní con Amanda y decidimos hacer la exposición juntas. En ese entonces yo era directora del Museo de Arte Contemporáneo de Mallorca, mientras que Amanda pasó a ser subdirectora del Museo Reina Sofía. Cuanto más me acercaba al trabajo de Marta, más aumentaba mi pasión. La suya me parece una obra pionera en muchos sentidos”.
Para la curadora, Palau es una artista “poliédrica”, dueña de una obra con “muchas capas de significado”. Además, “sabe crear un diálogo llamativo entre lo personal y lo colectivo. Apela a un yo que trasciende esa individualidad”.
La producción de Palau tuvo sus diferentes épocas. Representa la “liberalización” del artista respecto de la técnica. Es decir, ya no es sólo pintor o escultor, sino “dependiendo del proyecto en turno escoge un lenguaje u otro”.
Conocida sobre todo por su trabajo en torno al textil, Prieto recuerda su experiencia en el taller de Josep Grau-Garriga. “Allí, Marta se acercó a otro modo de entender el textil que va más allá de un plano bidimensional. Grau-Garriga trabajó sobre todo el volumen y el hueco, es decir, la materialidad. Marta incorpora todo esto en su trabajo, pero enraizado con aquella realidad mexicana, como introducir el maíz u otros elementos propios, sobre todo de Baja California”.
En paralelo a la exposición, el Museo Universitario del Chopo restaura Quetzalcoatlus, obra hecha por Palau en 2003 para exhibirse en ese espacio como parte de la muestra Zoología fantástica, perteneciente a su acervo. Hecha con papel, hojas, ramas y corteza, la pieza será montada en el lugar que ocupó originalmente a partir de hoy.
Marta Palau. Mis caminos son terrestres se exhibirá hasta el 3 de mayo de 2026 en el Museo Universitario Arte Contemporáneo (Centro Cultural Universitario, Insurgentes Sur 3000, Coyacán).












