Sábado 18 de octubre de 2025, p. 24
Héctor Hernández, de 18 años, aceptó haber participado en el crimen del abogado David Cohen sin saber a lo que se enfrentaba. Su precaria situación económica lo llevó a recibir dinero varias veces con anterioridad de las mismas personas que lo llevaron el pasado lunes “a cobrar un dinero y darle un susto a una persona”; sin embargo, se trató de una ejecución a plena luz del día.
Luis Alberto Hernández, su abogado defensor, relató lo anterior y confirmó la vinculación a proceso de su cliente la tarde del viernes en audiencia inicial por cumplimiento de la orden de aprehensión.
El juez otorgó a la Fiscalía General de Justicia capitalina tres meses para el cierre de la investigación complementaria.
Al término de la audiencia, el litigante dijo que las personas que llevaron a Héctor le aseguraron que no tendría ningún problema, pues estaba todo planeado; después recibiría el dinero acordado –30 mil pesos–, lo cual nunca ocurrió.
Al escuchar de su abogado las palabras que su madre le transmitió: “te amo mucho, cuentas con mi apoyo; no apruebo lo que está pasando, acepta tu responsabilidad”, Héctor rompió en llanto.
Según las palabras de su abogado, se sintió obligado a acudir al encargo el pasado lunes por las dádivas que recibió con anterioridad del mismo sujeto que le entregó el arma de fuego que portaba. Antes del crimen, le dijeron cómo maniobrarla y lo que debía hacer posteriormente.
Él, dijo a su abogado, no accionó el arma de fuego por miedo, y cuando escuchó las detonaciones que sí hirieron a la víctima, corrió, justo cuando recibió un impacto de bala en el brazo por un agente de la Policía de Investigación.
Durante la audiencia de control, Héctor intentó narrar al juez los hechos, pero se le quebró la voz y por el llanto no pudo continuar.
Días antes envío mensajes a su madre para decirle que sólo tenían 200 pesos para comer; luego aceptó la encomienda por parte de un sujeto identificado como Erik.
“Es un muchacho que cumplió en enero los 18 años, un muchacho sin experiencia que en este momento tiró su vida a la basura”, expresó el litigante.
El defensor consideró que los sujetos lo llevaron a realizar el trabajo porque él les dijo que tenía 17 años, aunque ya tenía la mayoría de edad. “Estas personas que los fueron enganchando siempre supieron que tenía 17 años”.