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¿Qué puede aprender América Latina del pensamiento de Zheng Guanying?
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▲ Zheng Guanying y su libro Palabras de advertencia para una era próspera, pueden ser un ejemplo para América Latina. Las imágenes fueron proporcionadas por el profesor Jiang Shixue.
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os 5 mil años de civilización china han dado lugar a muchas figuras ilustres. Por ejemplo, Confucio (551-479 a.C.), un filósofo, pensador y educador extraordinario, conocido en todo el mundo. Los Institutos Confucio ofrecen cursos de enseñanza del idioma chino y son muy populares en América Latina.

Hay muchos otros nombres importantes en China. Son menos conocidos que Confucio, pero también influyeron en el camino de desarrollo del país. Zheng Guanying (1842-1922), o Chiang Kun Yin según la transliteración Wade-Giles, fue uno de estos íconos. Cuando vivió en Macao, completó su famoso libro Palabras de advertencia para una era próspera, también traducido como Palabras directas en tiempos de prosperidad, publicado en 1892. En el libro presentó muchas ideas ingeniosas, proponiendo cómo China debería implementar reformas políticas y económicas, promover la educación y fortalecer la fuerza nacional para protegerse de las invasiones extranjeras. Se cree que este libro tuvo un impacto significativo en muchos chinos, incluyendo a Mao Zedong, quien lideró con éxito la revolución china para establecer la República Popular China en 1949.

En 1840, la armada británica invadió China, desencadenando la primera Guerra del Opio. Desde entonces, las potencias occidentales han intimidado a esta nación en numerosas ocasiones. Muchos chinos se preguntaban: ¿por qué China era tan débil?

Zheng Guanying creía que la invasión de las potencias occidentales había asestado un duro golpe a China y que su propósito era saquear sus recursos económicos. Dijo que los conflictos militares y comerciales están interrelacionados, y que la “guerra comercial” era más perjudicial y letal que la “guerra militar”. Basándose en esta creencia, Zheng Guanying sugirió que sólo crear una fuerza militar no era suficiente para defender a su país. Sólo desarrollando la economía podría China derrotar con éxito la invasión de las potencias occidentales, porque la economía era la base de la fuerza de cualquier nación.

Para promover el desarrollo económico, según propuso Zheng Guanying, era necesario establecer empresas modernas, construir infraestructuras como ferrocarriles y telégrafos, establecer un sistema bancario, emitir papel moneda y romper los monopolios financieros extranjeros. También deseaba que se pusieran en marcha reformas educativas para nutrir a más personas talentosas y formar trabajadores cualificados mediante la introducción de la ciencia y la tecnología occidentales.

Zheng Guanying criticó la represión del capital privado por parte del gobierno Qing y abogó por la protección y el fomento del desarrollo de la empresa privada. También planteó la idea de que era necesario establecer una agencia central de gestión económica, promulgar leyes comerciales para proteger los derechos de propiedad privada y los contratos comerciales, y fomentar la formación de cámaras de comercio para los comerciantes privados.

Frente a la intimidación occidental, Zheng Guanying sugirió que China debería acumular fuerza nacional, observar la situación internacional de manera correcta y, cuando llegara el momento, utilizar hábilmente las normas internacionales para revisar aquellos tratados humillantes y desiguales impuestos a China por las potencias occidentales. Dijo: “si nuestra fuerza es insuficiente, debemos soportar la humillación y aguantar la carga, manteniendo el compromiso diplomático con las potencias occidentales. Una vez que nuestra fuerza sea suficiente y tengamos la ventaja estratégica, aprovechando el momento oportuno, podemos enmendar todos los tratados establecidos en el pasado que obstaculizan el bienestar nacional y el sustento del pueblo chino”. Incluso argumentó que, cuando la fuerza de China fuera lo suficientemente sólida, también podría imponer aranceles de represalia a Occidente. “Si ellos (las potencias occidentales) imponen fuertes impuestos a nuestros productos exportados, nosotros corresponderemos imponiendo fuertes impuestos a sus productos también, protegiendo así a nuestros comerciantes mientras refrenamos a los suyos”.

El pensamiento no conoce fronteras, y la sabiduría no reconoce límites. Los países latinoamericanos podrían extraer algunas ideas útiles y pensamientos valiosos de Zheng Guanying.

En primer lugar, América Latina necesita redoblar sus esfuerzos para promover el desarrollo económico. El producto interno bruto (PIB) de la región ha aumentado de 79 mil millones de dólares estadunidenses en 1960 a 7.3 billones de dólares en 2024. Sin embargo, frente a su notable problema de pobreza, este crecimiento no es suficiente.

Para acelerar el crecimiento económico, América Latina debería invertir más en todos los sectores, particularmente en alta tecnología e infraestructuras, atrayendo más inversión del exterior, incluida China. Al mismo tiempo, debe adoptar un enfoque adecuado para manejar la relación entre el Estado y el mercado.

En segundo lugar, América Latina necesita prestar más atención a la educación. Tanto en la época de Zheng Guanying como en la era de la globalización, la educación es fundamental para superar los desafíos más persistentes y asegurar un futuro próspero para cualquier país. Aunque está dotada de ricos recursos naturales y una población joven, el crecimiento económico de América Latina sigue estando obstaculizado por muchos problemas, uno de los cuales es una brecha de habilidades significativa, estrechamente relacionada con el subdesarrollo de su educación, particularmente la educación primaria. En última instancia, invertir en capital humano no es meramente un objetivo educativo, sino una necesidad económica y social urgente para que la región aproveche plenamente su inmenso potencial en el ámbito global.

Por último, pero no menos importante, América Latina necesita ser más valiente frente al hegemonismo. Dada la marcada asimetría de poder, no es fácil para América Latina cambiar la realidad de “tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios”. En un futuro previsible, América Latina continuará dependiendo de Estados Unidos para capital, mercado y tecnología. Pero este tipo de dependencia debería reducirse diversificando las relaciones económicas externas de la región. Al mismo tiempo, como puede demostrar la posición del presidente Lula hacia los aranceles políticamente motivados del presidente Trump contra Brasil, el hegemonismo estadunidense no puede contrarrestarse con debilidad, sino con una firmeza y determinación valientes. Los países latinoamericanos de hoy son mucho más poderosos que la antigua China en la época de Zheng Guanying.

El primer grupo de migrantes chinos llegó a América Latina en la segunda mitad del siglo XVI. No está claro si el libro de Zheng Guanying, Palabras de advertencia para una era próspera, viajó con ellos. Ahora nos encontramos en la era de la información. No debería ser difícil para la gente en América Latina conocer las ideas y el pensamiento de esta famosa figura china. Esperemos que el pueblo latinoamericano pueda inspirarse en Zheng Guanying.

*Profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao