l cierre del gobierno en Estados Unidos, que se traduce en la suspensión de algunas de sus funciones, coincide con la estrategia de largo alcance que Russ Vought, director de la oficina de presupuesto, ha concebido desde hace más de una década para dar más poder al presidente, sin importar que para alcanzar ese propósito, se violen normas jurídicas y económicas. El diseño general ( blue print) de la estrategia está plasmado en el documento conocido como Proyecto 25, elaborado por la organización conservadora Heritage Foundation. El marco del actual cierre del gobierno cae como anillo al dedo en los propósitos expresados por Russ, y delineados en dicho texto, uno de cuyos propósitos es reducir sustancialmente el tamaño del gobierno. No es casualidad que, con motivo del cierre del gobierno, el presidente ha prometido despedir a decenas de miles de empleados del gobierno, muchos de ellos servidores profesionales con años de experiencia en la administración pública. Entre los supuestos del Proyecto 2025 está la capacitación de servidores públicos que garanticen el futuro de un gobierno de corte conservador. Tal intención no es mera especulación ni parte de alguna teoría conspirativa, ha sido expuesta públicamente en diversos foros, medios y documentos. Cabe subrayar que, más allá de un claro planteamiento ideológico, en el documento se traza una estrategia con pasos y metas específicas para lograr que sus postulados cristalicen en el asentamiento de un gobierno conservador por muchos años en el futuro. En tal sentido, la paralización del gobierno, además de presentar a los demócratas como intransigentes, tiene el fin de acentuar la hegemonía republicana en todos los niveles de gobierno, sin contrapesos que obstaculicen sus fines.
En este contexto se especula mucho sobre la forma en que los demócratas deben reaccionar, tomando en consideración que en los meses recientes han navegado un poco a la deriva, sin una estrategia que contravenga las ocurrencias diarias de Trump. Es de sobra conocido que el presidente es experto en lanzar a todas horas del día consignas y propuestas cuyo fin es abrumar a la sociedad. La idea que prevalece entre muchos observadores es que el jefe de la Casa Blanca se aprovecha de sus ocurrencias para distraer la atención de otros temas fundamentales que pudieran definir las elecciones de medio término: el costo de la vida y, principalmente, el de la salud. En varias semanas logró que la atención de buena parte de la sociedad y con ella la dirigencia del partido demócrata se concentrara en las controversias suscitadas en temas como el caso Epstein, la militarización de las ciudades, el ataque a organismos e instituciones culturales como los museos, la ópera y el deporte. Una de las más recientes cuando le enmendó la plana al diccionario cuando advirtió que “la invasión del país era desde adentro” y agregó frente a la plana mayor de las fuerzas armadas que las calles de las ciudades se convertirán en campos de entrenamiento militar. ¿Qué pensarán las decenas de generales congregados en una insólita reunión cuando le escucharon decir que sus familias vivirán en un campo de entrenamiento militar?
Por ahora el cierre del gobierno tiene un impacto negativo en ambos partidos, pero mayormente en el demócrata debido que el republicano controla los tres niveles de gobierno desde los que pueden maniobrar con ventaja. En el Partido Demócrata crece el consenso de que es necesario reiterar que los recortes en salud y el aumento en el costo de la vida son los que más afectan a la población trabajadora de menores ingresos y dejar claro que el subsidio a la salud no incluye a los inmigrantes indocumentados. Esta es una falsedad que Trump ha manejado para desacreditar el programa conocido como “ Obamacare” y que es una obsesión de los republicanos en suprimir.
Convencer a los millones de escépticos sobre las verdaderas intenciones de Trump en el sentido de mermar los recursos que se destinan para el beneficio de las mayorías y de la forma en que aprovecha el cierre del gobierno para despedir a miles de empleados públicos, pudiera ser el antídoto a la trampa que Trump ha fraguado para derrotarlos el próximo noviembre.