En la escuela Aquiles Serdán, estudiantes y padres producen y consumen de huertos
Lunes 29 de septiembre de 2025, p. 13
En el municipio de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, existe una primaria rural multigrado que impulsa el desarrollo educativo sostenible a través de proyectos en favor del medio ambiente y alimentación saludable. Es la escuela rural multigrado Aquiles Serdán, con una matrícula de 75 alumnos, 42 padres de familia y cuatro maestros.
El director del plantel, Eduardo Garza Cortés, señala que desde 2018 los docentes buscaron incidir en la percepción del cuidado ambiental con proyectos sustentables que involucran tanto a los alumnos como a los padres de familia, “pues alcanzar logros significativos conlleva un trabajo en comunidad”.
En entrevista con este medio, afirma que un indicador favorable sobre la recepción de este tipo de programas es el aumento de la matrícula, pues antes de que comenzaran los proyectos sustentables la cifra de estudiantes inscritos era una tercera parte de los que actualmente tiene. “Ahora hay alumnos de comunidades cercanas que prefieren trasladarse durante más de 30 minutos, a pesar de tener centros educativos en sus poblados porque prefieren la formación que estamos brindando”.
Considera que estos niños rurales están marcando una diferencia desde su sector, ya que los egresados que ahora cursan secundaria, “han habilitado este tipo de iniciativas en sus nuevas escuelas porque ser sustentable ya es parte de su vida”.
Que se inculquen hábitos para proteger el medio ambiente en edades tempranas ayuda a formar ciudadanos conscientes, y las escuelas son espacios que contribuyen a este propósito, asegura.
El primer proyecto con que empezó el modelo de escuela sostenible fue un jardín polinizador. Después incluyeron un invernadero, un recolector de agua de lluvia, una cosecha y consumo de productos del huerto y campañas de reciclaje. “Ahora cerramos totalmente el ciclo de la sostenibilidad dentro de la escuela”, afirma Garza.
Explica que hay dos temporadas de cultivos –otoño-invierno y primavera-verano– cuando meten a la tierra diferentes tipos de semillas y empiezan el círculo de la sostenibilidad, cuando los niños las siembran en el invernadero y ayudan a la germinación, las riegan, las trasplantan en el huerto escolar, cuidan éste y después cosechan. Luego, en la cocina escolar, los padres de familia preparan alimentos con esos cultivos.
El plantel ganó el primer lugar a nivel nacional en la categoría prescolar-primaria en el Premio Escuelas Sostenibles, organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y el Grupo Santillana. Este concurso incluye proyectos de México, Colombia y Brasil; la premiación internacional en octubre será en este último.
Janett Patrinos, directora de marketing Santillana México, precisa que la premiación se llevó a cabo en la tercera edición de este certamen. A escala nacional recibieron 70 proyectos y hubo 10 finalistas. El objetivo, detalla, es impulsar programas para mejorar el medio ambiente desde los centros escolares, por lo otorgan un incentivo económico para que las escuelas lo inviertan en sus programas y así fomenten su crecimiento.