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Neil Young y el Grial
 
Periódico La Jornada
Sábado 20 de septiembre de 2025, p. a12

Esta es la historia de un hombre que platica con las piedras, dialoga con el crepitar del fuego, observa las montañas y el azul del cielo, calcula el peso de las nubes y sonríe.

Ese diálogo lo extiende con su vieja guitarra acústica Martin D-45 y cuenta historias campiranas, narra aventuras vividas bajo el sol en las montañas y lo hace en semirecitativo, como esos poetas que cabalgan de pueblo en pueblo en medio del bosque y lleva buenas nuevas a los pobladores.

Lo acompañan en sus decires y cantares músicos ataviados como él en chaquetas de cuero, camisas a cuadros, botas picudas y mucho sentimiento. El sonido siempre es austero, sencillo, horada círculos en el cielo para formar un portal dimensional por donde descienden hadas, duendes, seres míticos y poderosos.

Nos envuelven con sus gasas de sonido, sus tambores lentos, sus coros tan gentiles como quien lanza plegarias.

Ese gentil hombre está por cumplir 90 años y acaba de publicar un nuevo disco, Talking to the Trees, donde además de dialogar con árboles, retrata su vida familiar, como un acto de resistencia, rasgo que lo distingue desde que decidió ser músico, muy niño.

Porque en esta época de bisutería, vacío, valores falsos, fama a lo güei, hacer vida doméstica es un acto de resistencia, vivir una vida sencilla es un acto de resistencia, hacer lo que dicta el libre albedrío, lo que siempre se ha hecho, es un acto de rebeldía.

Este hombre tiene nombres y apellidos: Neil Percival Young.

Nació en Toronto, Ontario, el 12 de noviembre de 1945, y su existencia responde al sentido que le otorga su segundo nombre: Percival.

Parsifal es el caballero medieval de la leyenda artúrica que participó en la búsqueda del Grial. Emprendió viaje iniciático para sanar su alma y adquirir entendimiento y ganar en espiritualidad.

Wagner compuso una de sus óperas más bellas con este personaje como protagonista, a partir del poema épico “Parzival”, de Wolfram von Eschenbach.

Neil Percival continúa su búsqueda del Grial en este disco flamante, Talking to the Trees, con 10 canciones que retratan su trayectoria y permanencia con la sencillez y contundencia que caracteriza sus versos:

Sunshine climbing the mountain rise
Dogs asleep like the might be
dreaming

Las primeras notas del disco salen de su vieja armónica, siempre atada a su cuello y en mancuerna con su guitarra acústica y su voz inconfundible: un poco nasal, metálica, hosca y anhelante.

Voz de jipi.

Esta es la historia de un hippie que no ha perdido un ápice de energía para librar batallas, para guiar la insurgencia.

Neil Young es, con Bob Dylan, uno de los padres fundadores de la cultura rock. Lo de ellos dos es el folk, ese concepto que muchos siguen confundiendo con “folclor” o con un género que ambos practican, pero no como esencia: el country.

El folk, vale la pena insistir, es una actitud, una manera de entender el mundo, un conjunto de valores donde la poesía es sustancia y la lucha social una bandera y una práctica sin tregua.

El folk es una de las consecuencias del movimiento hippie, la contracultura, la corriente beatnik, la poesía, siempre la poesía.

El Grial es la belleza, la perfección, la verdad.

Neil Young ha estado cerca del Grial todo el tiempo y se ha acercado aún más en muchos de sus discos.

Cierto, su álbum Harvest es su obra maestra, pero toda la música que hizo después, y que hoy cumple medio siglo, es una prueba de pureza musical.

Por ejemplo, Tonight’s the Night, que muchos se apresuran a limitar a “un disco de duelo, desgarramiento, signado por la pérdida”, es en realidad una celebración de la vida.

Neil Young siempre se ha rodeado de músicos de alta sensibilidad, sentido de la poesía y certeza de lo poético. En este disco, Tonight’s the Night, los coros, los solos de guitarra, los toques sublimes conforman una sesión de música artística antes que cualquier definición.

Foto
▲ El músico canadiense Neil Percival Young en una imagen tomada de Wikipedia

Música artística. Estoy convencido de que la obra maestra de Neil Young es un disco que no se propuso grabar como tal y aparece en los anaqueles donde están los soundtracks porque, en efecto, eso es, y pertenece a otra obra maestra: el filme Dead Man, de Jim Jarmusch, película que cumple 30 años con una vigencia y solidez que solamente otorgan las obras clásicas.

Es mi disco favorito de Neil Young y hay que decir que no es fácil de oír porque no responde a ningún formato existente. No está hecho de canciones con su estructura consabida de tema central, versos y estribillo. Recuerda por momentos a sesiones puramente instrumentales de David Gilmour de la época del concierto en Pompeya.

El procedimiento de creación consistió en que Jim Jarmusch completó el filme y se lo proyectó a Neil Young sentado en una silla con su guitarra legendaria Les Paul, a la que llama Old Black, y se puso a realizar improvisaciones donde un tema de encantamiento nos persigue (Haunting Melody).

En la oscuridad del estudio de grabación, Neil Young entabló diálogo con los parlamentos de Johnny Depp y Gary Farmer, un apache muy culto que está convencido de que habla con la reencarnación del poeta William Blake, pues así se llama el personaje que interpreta Depp.

Escuchamos el crepitar del fuego en diálogo con la guitarra de Neil Young, escuchamos la poesía de William Blake en labios de Nadie, que así se llama en el filme el apache que dialoga con Johnny Depp, escuchamos la música del agua de mar y la música de la canoa donde viajará al inframundo Blake/Depp, luego de un ritual apache de “búsqueda de visión”.

Lo que hace en este filme Neil Young es música en estado puro. Los tracks del disco resultante alternan los diálogos del filme con interludios instrumentales titulados Solo No. 1 en adelante, hasta llegar al 6, siendo el número 5 el que toca lo sublime, el que nos conduce a estados hipnóticos, raptos, estado de trance, éxtasis.

Y claro, hay muchos discos que forman parte del gran monumento artístico que ha construido Neil Young a lo largo de su vida. Está mi pieza favorita, Harvest Moon, que me pone la piel chinita y no resisto la tentación de ponerme a cantar a dúo, a todo pulmón, con él:

On this harvest moon

Y está su nuevo disco, Talking to the Trees, con sus actos de resistencia, como la celebración de la vida en familia y la reivindicación musical de los grandes momentos que ha protagonizado en la historia Neil Young, como por ejemplo cuando comandaba su legendario grupo Crazy Horse, nombrado así en homenaje a ese héroe siux, líder también de la resistencia.

Por supuesto, en su nuevo disco no falta el elemento de lucha política que lo ha distinguido siempre, con una dura crítica contra el trumpismo / fascismo y siempre con su inteligencia y gran sentido del humor.

Esta es la historia de un hombre siempre coherente, vertical, hacedor de hitos y grupos legendarios, como el primer Buffalo Springfield, el Crazy Horse y ahora su The Chrome Hearts, con el sonido distintivo de la guitarra de Lukas Nelson, quien suple a su hermano Micah, ambos hijos de Willie Nelson, compañero de batallas de Neil Young, que está a punto de cumplir 90 años, siempre en busca del Grial y por eso…

… Esta historia continuará.

@PabloEspinosaB

disquerolajoranda@gmail.com