motor de la democracia es la voluntad del pueblo: sus voces, sus decisiones y su participación. Prospera cuando se defienden los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos y, en particular, de los más vulnerables, una democracia que excluye no es una democracia en absoluto.
Mi mensaje para quienes pretenden desacreditar o socavar la democracia es el siguiente: Yo viví bajo una dictadura y, junto con muchos otros, ayudé a reconstruir la democracia en Portugal, conozco la diferencia.
Hoy, cuando se cumplen 18 años de este Día Internacional, y 20 años del Fondo de Naciones Unidas para la Democracia, rendimos homenaje al valor de las personas que, por todo el mundo, dan forma a sus sociedades mediante el diálogo, la participación y la confianza. En un momento en que la democracia y el estado de derecho se ven asaltados por la desinformación, la división y la reducción del espacio cívico, esos esfuerzos son más vitales que nunca.
Las Naciones Unidas son, de hecho, un foro para el diálogo que hunde sus raíces en las palabras iniciales de nuestra Carta: “Nosotros los pueblos”; se trata de un enérgico recordatorio de que la legitimidad y el propósito de la Organización derivan de aquellos a quienes servimos.
Reafirmemos la democracia como fuerza para la dignidad, la inclusión y la paz y trabajemos juntos para garantizar que beneficie a todos.
* Secretario general de la ONU