Fin a la oscura noche neoliberal // Reducción de la pobreza, “hazaña” // Triunfó la voluntad colectiva

e cumplió con el ceremonial y en Palacio Nacional la mandataria Sheinbaum rindió su primer Informe de gobierno, el cual resumió 11 meses de ejercicio al frente del Poder Ejecutivo. Tiempo atrás, el 1º de septiembre de cada año era considerado el “Día del Presidente”, una fecha en la que nadie movía una pestaña para evitar –según el ritual de entonces– “opacar los grandes logros” de quien ocupara Los Pinos y el país se paralizaba, es decir, el “monarca” en turno aparecía, más allá de lo cotidiano, como el único e indiscutible protagonista en la gran marquesina de la política nacional.
Felizmente, esos tiempos acabaron: no más fastuosidad, no más frivolidades, no más ficticias “fiestas populares” con recorrido –rodeado de guaruras del Estado Mayor Presidencial– en vehículo descapotable, no más besamanos, no más culto a la personalidad, y actualmente el Informe de gobierno se limita a ser un ejercicio informativo mediante el cual el Ejecutivo da puntual cuenta de avances, pendientes y afrentas.
En ese tenor, la presidenta Sheinbaum hizo el recuento de 11 meses de ejercicio, no sin antes subrayar que “no vengo a rendir cuentas con palabras vacías, sino con resultados”, dando continuidad a la gran “hazaña” que inició Andrés Manuel López Obrador; “atrás quedó la oscura noche del neoliberalismo”, y la reducción de la pobreza y la desigualdad dan puntual cuenta de ello; la Cuarta Transformación no sólo continúa sino que se profundiza, se arraiga en el pueblo con más fuerza que nunca es decir la transformación avanza”. Y “la victoria”, dijo, “no es de una sola persona, sino fruto de una voluntad colectiva que durante décadas resistió, luchó y soñó con un país con justicia”.
En su mensaje subrayó que “damos continuidad y avanzamos sustentados en la gran hazaña de López Obrador, que no solo separó el poder político del poder económico, sino que con un nuevo proyecto de justicia social sacó de la pobreza a más de 13.5 millones de personas. Es pertinente mencionarlo cuantas veces sea necesario: de 2018 a 2024, la población en pobreza pasó de representar 41.9 por ciento de la población a 29.5 por ciento, el nivel más bajo en, por lo menos, 40 años”.
Además, se refirió a la cínica hipótesis del “goteo” cacareada a lo largo de 36 años, es decir, los seis gerentes del gran capital que de 1982 a 2018 ocuparon Los Pinos: “quedó en el pasado la oscura noche neoliberal bajo el cual este modelo establecía que el Estado no debía intervenir en el desarrollo, ni preocuparse por redistribuir la riqueza, sino simplemente crear un entorno favorable para los negocios, confiando en que las ganancias de los inversionistas eventualmente beneficiarían a toda la sociedad. La experiencia de esas décadas demostró que esta idea era completamente errónea, sin un papel activo del Estado orientado a la justicia social. La concentración de la riqueza sólo profundiza la desigualdad y la pobreza”. Y las reformas aprobadas durante su mandato y el de AMLO, “resarcen parte del daño provocado”.
La presidenta Sheinbaum calificó de “error fundamental” de los gobiernos neoliberales “ignorar y acumular riqueza sin garantizar su distribución equitativa”, porque ello genera “desigualdad y graves y conflictos sociales”. En realidad, no fue un “error”, sino una deliberada política de Estado con un objetivo concreto: socializar pérdidas y privatizar ganancias. En ningún momento, más allá del machacón cuan vacío discurso de aquella época, la intención del régimen neoliberal fue procurar una mejor distribución del ingreso y la riqueza. Por el contrario, todo fue para concentrar, aún más y corrupción galopante de por medio, en un pequeño grupo de “amigos” del régimen los cuantiosos recursos del país.
Sheinbaum dijo que “estamos consolidando un nuevo modelo económico que garantiza la estabilidad macroeconómica e impulsa la prosperidad compartida con salarios justos y programas de bienestar. El humanismo mexicano también consolida la soberanía, la democracia y las libertades en México. No se reprime, no se usa la fuerza del Estado en contra del pueblo. Se practica la mayor libertad de expresión de toda la historia”.
Falta camino por recorrer, pero la mandataria dijo que “vamos bien y vamos a ir mejor”.
Las rebanadas del pastel
Ayer se estrenaron los nuevos integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de ellos se espera no sólo honestidad, sino resultados tangibles. “Iniciamos una nueva etapa; vamos a poner la primera piedra y vienen tiempos mejores para el pueblo de México en el ámbito de la justicia”, promete el ministro presidente Hugo Aguilar.
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