Jueves 21 de agosto de 2025, p. 5
El escultor mexicano japonés Kiyoto Ota recibió ayer la Medalla Bellas Artes 2025 en Artes Visuales, en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, por un conjunto de obra que con dominio técnico ha permitido consolidar propuestas de gran relevancia, así como por su compromiso como docente, cuya labor ha formado generaciones de artistas que hoy participan activamente en la vida cultural del país.
En la ceremonia, donde estuvieron presentes familiares del creador, integrantes del cuerpo diplomático de Japón y de la comunidad artística, se reconoció la práctica escultórica de Ota como aquella que no se somete al rigor conceptual, sino que privilegia escuchar la voz de los materiales y trabajar la escultura a partir de la intuición.
“La mística de Kiyoto rompe con algunos conceptos tradicionales sobre la escultura y amplía el campo de acción entre lo que está y lo que vemos, creando espacios emocionales que cuentan historias, a veces personales o que vienen de relatos tradicionales”, sostuvo Magali Lara, miembro del jurado.
Ota nació en Sasebo, Nagasaki, en 1948, y radica en México desde 1972, aunque en un principio quería ser pintor, durante sus estudios en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y la Escuela Nacional de Artes Plásticas de San Carlos se decidió por la escultura.
Su carrera formal como escultor comenzó en 1979, cuando ganó el tercer premio compartido en la primera trienal de Escultura en la Ciudad de México. Después, en 1986, el Museo de Arte Moderno realizó su primera exposición individual titulada El templo del deseo, y desde entonces se mantiene activo con una producción y exposiciones regulares.
Entre sus obras destacan 3 Casas Extraordinarias, formadas cada una por tres piezas de grandes dimensiones elaboradas en madera, y Úteruz, un juego de esculturas que, como indica su título, evoca el útero desde la visión que el artista tiene de ese órgano femenino como lugar habitable, confortable y seguro.
“Su obra posee una gran riqueza técnica y conceptual, implica una labor física y mental considerable. En las últimas piezas combina ventiladores, pelotas de baloncesto o cubetas para lograr una experiencia en particular. Hay también una intención de conectarnos con el mundo como parte de un organismo vivo”, agregó Magali Lara.

La artista y gestora cultural describió a Ota como un artista silencioso, obsesivo, que no le tiene miedo a la dificultad que implica la elaboración de cada pieza, que trabaja de manera esmerada porque cree en lo que deposita en cada una de éstas.
Labor docente
Más allá del cuerpo de obra de Kiyoto Ota, Erik Bachtold Meyer, alumno y heredero del taller de escultura en la Facultad de Artes y Diseño, resaltó el compromiso como docente de Kiyoto Ota, que forjó a generaciones de artistas que se mantienen activos.
“Kiyoto no es un maestro de muchas palabras, su método consistía en permitirnos observar cómo trabajaba, cómo se enfrentaba al material, cómo trabajaba con él”, apuntó Bachtold Meyer. “No quería dejarnos una receta, sino que a partir de sus observaciones fuéramos más críticos con nuestro trabajo”, agregó.
Un consejo constante en las clases de Kiyoto Ota, apuntó su alumno, era mantener la paciencia durante el proceso creativo.
“Nos enseñó que el arte no se trata de rapidez ni de resultado inmediato, sino de un diálogo más largo, respetuoso y honesto con el material. Los que fuimos sus alumnos aprendimos más allá de las palabras, aprendimos observando su actitud en la creación.”
Alejandra de la Paz Nájera, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, fue la responsable de entregar la medalla Bellas Artes 2025 en la categoría de Artes Visuales a Kiyoto Ota por su destacada trayectoria y su contribución al desarrollo del arte en el país.
“Con este reconocimiento buscamos poner en valor una trayectoria, que, por rigor y consistencia, constituye un referente fundamental en la escultura contemporánea. Su obra no sólo aporta al desarrollo formal y conceptual de esta disciplina, sino que abre posibilidades de estudio, reflexión y práctica para quienes desean aproximarse a la escultura en México y el mundo”, dijo.