Regresan bicampeonas de tochito bandera
Miércoles 20 de agosto de 2025, p. a12
A última hora de la noche del lunes, un grupo de personas espera en la sala de llegadas internacionales del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Lo hace con especial atención, como si no hubiera nada más importante que mirar la pantalla y encontrar el número de vuelo que viene desde China. Las mujeres más grandes cuentan la historia de sus hijas y nietas, de cómo jugaban al flag football cuando era sólo una actividad recreativa. Alrededor de ellas, decenas de niñas con jersey de equipos de futbol americano forman una fila para recibir con vivas y gritos de “México, México” a la selección femenil que conquistó los Juegos Mundiales de 2025.
El encuentro se extiende por más de 30 minutos. Los pasajeros que buscan la puerta de abordaje se detienen, apartan la vista de sus boletos y se unen al enjambre de cámaras, micrófonos y porta celulares que graban su regreso al ritmo de dos tambores de una pequeña batucada. “Sí se pudo, sí se pudo”, cantan amigos, familiares y testigos mientras las vencedoras de la final contra Estados Unidos (26-21), alegres, festivas, con el desgaste de un viaje de más de 16 horas –de Chengdú a la capital del país–, muestran a todas luces las medallas con las que han elevado su jerarquía mundial.
“México es una potencia en el mundo”, afirma la mariscal de campo Diana Flores, capitana y referente del representativo nacional, en el que todavía sus compañeras recuerdan aquel anuncio que protagonizó en 2023 durante el medio tiempo del Supertazón de la NFL. “Una medalla de oro es para la eternidad, le recordamos no sólo a nuestro país, sino a los rivales de todo el planeta que somos un gigante en este deporte. Lo hemos sido durante muchos años. Lo que sigue ahora es prepararnos para el Contintental, el Mundial y con esto empieza también el camino para los Juegos Olímpicos de 2028, es el principio de mucho más”.
Flores tenía ocho años y medía poco más de un metro cuando empezó a jugar lo que en México se conoce como tochito bandera, una modalidad del futbol americano en la que está prohibido el contacto físico, como las tacleadas o los choques, los cuales se remplazan por quitarle al contrincante las cintas que llevan atadas a la cintura. Cuando ve por primera vez los carteles –“Mexicanas chingonas”, “Bienvenidas, campeonas”, “El Flag es vida, el Flag es amor”–, la emoción de encontrar a pequeñas a las que les dobla la edad, muchas de ellas integrantes de equipos infantiles, produce en la ex jugadora de Águilas Blancas la sensación de seguir batiendo barreras de género.

“Ellas son nuestra inspiración, la razón del porqué hacemos lo que hacemos. Las mujeres en el flag football estamos dominando”, agrega la mexicana. Globos, ramos de rosas, regalos en forma de balones de futbol americano, además de una historia del legendario mariscal de campo de la NFL Tom Brady, quien resaltó en redes sociales “la pasión por el flag football” que mostraron las campeonas en los Juegos Mundiales, completan un mosaico de imágenes multicolor que pocas imaginaron.
“Los Juegos Olímpicos van a ser un gran reto para todas, ya demostramos que podemos ganar una medalla de oro, no se nos va de la mente”, sostiene, por su parte, la joven estrella Tania Rincón, también reconocida por la NFL en un comercial presentado al medio tiempo del Supertazón 59. “Esta final demuestra que el juego no se termina hasta que el reloj esté en cero. En tres segundos pasamos de ir perdiendo un partido a ser campeonas del mundo, nunca dejamos de confiar”. Con Estados Unidos arriba 21-20 y sólo tres segundos por jugar, un pase de Diana Flores a Victoria Chávez a la zona de anotación sentenció el bicampeonato de las mexicanas.
Lo que sigue ahora es el torneo Continental, el cual reúne –del 12 al 14 de septiembre– a selecciones nacionales de toda América del Norte, Central, del Sur y el Caribe, en la ciudad de Panamá. El equipo nacional tendrá sólo unos días de descanso antes de que arranque la competencia. Entre el centenar de asistentes reunidos que graban con su celular, la ex seleccionada nacional Rebeca Landa, considerada una de las pioneras en este deporte, recuerda que hasta hace unos años muy pocos creían que una mujer fuera capaz de saber o jugar al futbol americano.
“El flag a nosotras nos transformó la vida, nos hizo pisar en nuestro poder, encontrar nuestra confianza”, menciona. “Muchas de las niñas que hoy vinieron saben cada vez más quiénes son las jugadoras que las representan. No tengo la menor duda de que en los Olímpicos van a conseguir el oro, ese es el fruto de la semilla que sem-bró esta selección”.