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Deshielo de glaciar inunda viviendas en Alaska
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de agosto de 2025, p. 22

Juneau. Las aguas provenientes de un glaciar subieron ayer al fluir por un río que atraviesa la capital de Alaska, sin que se reportaran daños mayores, aunque las autoridades advirtieron que las aguas podrían mantenerse altas por varias horas.

Residentes de Juneau en la zona inundada atendieron las advertencias y evacuaron después de que el agua comenzó a escapar de la presa en torno al glaciar Mendenhall el martes. Para la mañana de ayer, la ciudad informó que el agua se acumulaba en un puñado de calles después de filtrarse bajo las barreras recién erigidas diseñadas para proteger las casas frente al río, pero no se evidenció ningún daño mayor, incluso cuando el río crecía a niveles máximos.

El glaciar Mendenhall está a unos 19 kilómetros de Juneau, hogar de 30 mil personas, y es una atracción turística popular debido a su proximidad a la capital de Alaska y su fácil acceso a través de senderos de excursión. Las casas en las afueras de la ciudad están a pocos kilómetros del lago Mendenhall, que se encuentra debajo del glaciar, y muchas están frente al río del mismo nombre, en el cual está fluyendo la descarga glaciar.

Las inundaciones del lugar son preocupantes desde 2011, y en los últimos años han arrasado o inundado casas. El gobierno instaló barreras temporales este año con la esperanza de proteger las viviendas.

La inundación ocurre porque un glaciar más pequeño cerca del Mendenhall cedió –víctima del clima cálido– y dejó una cavidad que se llena con agua de lluvia y deshielo cada primavera y verano. Cuando el agua crea suficiente presión, se abre camino por debajo o alrededor de la presa de hielo creada por el glaciar, entra en el lago y finalmente fluye por el río.

Del otro lado del Atlántico, Grecia, Portugal y España aún luchaban ayer contra violentos incendios, mientras la situación mejoró en Francia e Italia, después de que decenas de miles de hectáreas fueron devastadas en los últimos días en el sur de Europa.

Los incendios forestales, que también afectaron esta semana a Gran Bretaña y los Balcanes, se han intensificado por una ola de calor intensa y prolongada asociada a una grave sequía, signos de los efectos del cambio climático en el continente.