Cocijo, una serie de óleos y grabados, permanecerá en la Galería Espacio Cultural hasta el 15 de agosto

Sábado 2 de agosto de 2025, p. 5
En la Galería Espacio Cultural de la ciudad de Oaxaca se muestra el trabajo que realizó el pintor Demián Flores en paralelo a la apertura del Museo de Arte Prehispánico de México Rufino Tamayo, en Oaxaca, hace 49 años, con las 12 litografías ídolos antiguos de México alusiva a las más de mil piezas arqueológicas donadas por Tamayo.
Estas litografías parten de dibujos sencillos de algunas de las cerámicas de la colección a las que después Tamayo aplicó una mancha de color
, señala Demián. Muchas de las vasijas resguardadas en el recinto tienen su pecularidad
. En la medida que la museografía original, que aún se conserva, emula los cuadros de Tamayo, los nichos coloridos del museo absorben los colores que los rodean
y, de paso, cambian la manera de mirar
.
Atraído por el trabajo gráfico de Tamayo, Flores retomó “el aliento de eso para hacer un dibujo un poco académico, casi arqueológico, de las mismas vasijas efigie zapotecas, tanto del recinto oaxaqueño como del Museo Nacional de Antropología. De esas urnas funerarias, una de las deidades más representadas y relevantes dentro del panteón zapoteco es Cocijo, es decir, el dios del rayo, la lluvia, las tormentas, el granizo, las nubes, la niebla y el rocío
. Flores dibujó en forma presencial en ambos recintos.
Cocijo es el título de la serie emprendida por Flores hace más de tres años; parte de la misma se muestra en el Espacio Cultural de Oaxaca. Se trata de 14 pinturas al óleo, de diferentes formatos, ocho grabados y una pieza cerámica. A finales de 2023 el artista exhibió algunos de estos trabajos en su individual A flor de piel, última exposición realizada por Galería Casa Lamm.
Flores había hecho un trabajo anterior sobre la figura de Chaac, versión maya de Cocijo
, pieza que dialogó
con una obra del mismo tema de la artista francesa Orlán, expuestas en 2024 en el Museo de Arte Popular. De allí, procede la serie Cocijo, que requirió de un trabajo casi arqueológico con el dibujo de estas piezas
, muchos de cuyos atributos iconográficos tienen que ver con el murciélago, la tierra, el cielo, el jaguar y la serpiente. Al momento de juntar y hacer una especie de palimpsesto de estas imágenes –no todos son vasijas efigie de Cocijo–, Flores se dio cuenta de que la combinación de estas iconografías creaban nuevos significados.
Crear nuevos significantes
En ese momento decidió desplazar
la serie de dibujos hacia la pintura. Eso lo llevó a ponderar qué me interesaba hacer en la pintura como una práctica artística contemporánea
. Decidió que sería volver a ver a la pintura desde sus propios elementos como una forma significante
. Desplazó, pues, estos pequeños dibujos lineales como una forma de estructura pictórica, y que estas líneas fueran motivo para hacer un planteamiento de la pintura. Cómo la línea podía determinar el espacio pictórico
.
De acuerdo con Flores, Cocijo es su serie más pictórica, aunque si uno ve las pinturas, en realidad son líneas que construyen el campo visual
. Le interesó hacer, también, “una especie de antipalimpsesto, como si uno desmontara los elementos de la pintura –línea, color, espacio– para llegar casi a formas esenciales”.
Una parte de la serie se exhibe también en la Ciudad de México, porque las piezas gráficas fueron hechas en el Taller La Imagen del Rinoceronte, en el Centro deTlalpan.
A cargo del artista grabador Humberto Valdez, el taller está abierto de forma gratuita para que jóvenes trabajen allí y se formen en la gráfica. Diario acuden entre 50 y 60 jóvenes, anota Flores, quien realizó allí una carpeta de seis grabados cuya edición donó para que los fondos recabados apoyen en la compra de materiales.
La exposición Cocijo permanecerá hasta el 15 de agosto en Espacio Cultural de Oaxaca, Crespo 114, ciudad de Oaxaca.