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Migrantes y Sol de viento rinden homenaje a la intérprete y coreógrafa Rossana Filomarino

La maestra conmemora 35 años de su compañía DramaDanza, 80 de vida y 60 de haber llegado al país

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▲ La pieza Migrantes sólo se presentó en 2020 en Bellas Artes, donde se repondrá el sábado con 15 bailarines profesionales y una veintena de estudiantes de danza y público que participa voluntariamente.Foto Maritza López/cortesía del Inbal
 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de julio de 2025, p. 2

La bailarina y coreógrafa italo-mexicana Rossana Filomarino (Roma, 1945) recibirá un homenaje con motivo de los 35 años de su compañía DramaDanza, sus seis décadas de haber llegado a México, además de su cumpleaños 80. Para la ocasión, repondrá la coreografía Migrantes, estrenada hace cinco años en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, donde se efectuará la función el sábado.

Migrantes, una coproducción de DramaDanza y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), sólo se bailó en 2020. Involucra a 15 bailarines profesionales, así como una veintena de estudiantes de danza de las escuelas del Inbal y personas que participan de manera voluntaria, algo “difícil de mover”.

El “plato fuerte” de la noche se acompañará con un fragmento de una pieza “emblemática” de la compañía, Sol de viento, estrenada en 1995, con el entusiasmo que le generó conocer la voz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, señala Filomarino. En este dueto aparecen los dioses que crean el mundo, se aparean y luego mueren.

Para la coreógrafa, la migración es uno de los grandes problemas contemporáneos que afectan a todo el mundo y a México en particular: “no pretendo resolver el problema ni es tarea de la obra de arte; sin embargo, sí me enoja mucho el racismo y el odio que se generan en contra del otro, al que no es igual a mí. Ese fue el primer impulso. Sólo pretendo compartir mi sentir, aunque de una manera poética por medio de los cuerpos en movimiento y la organización en el espacio”.

Es decir, “crear imágenes y un lenguaje que exprese las emociones que todos sentimos de asombro, ira, indignación, ante este fenómeno y ante las vejaciones de los derechos humanos de los migrantes. Todo eso trato de ponerlo de una manera ‘hermosa’, aunque el tema sea muy duro. La obra es muy dura en su contenido. Pretendo que el espectador entienda un poco más el dolor y el sufrimiento de estas personas que no tienen nada, sólo un camino que recorrer, con una esperanza al final, que muchas veces no se realiza”.

Las coreografías de Filomarino se caracterizan por “salirse un poco de los parámetros normales, digamos de lo que se le pide a un bailarín. Se necesita mucho temple y muchas ganas de darse al otro. Los jóvenes que trabajan conmigo por primera vez le han entrado con mucho amor y entusiasmo”. La música de Migrantes es original de Rodrigo Castillo Filomarino y la iluminación en esta ocasión está a cargo de Cuauhtémoc Nájera.

De acuerdo con quien en 2019 recibió el Premio Nacional de Artes y Literatura, es necesario que las jóvenes generaciones “vean obras de gran formato que ya casi no se presentan por muchas razones. Ha cambiado la estética, el gusto, o se necesita un background muy fuerte para montarlas. (Recomiendo que) vean este tipo de obras que tienen un ‘mensaje’, que tratan un problema y no sólo son divertimento o virtuosismo”.

–¿Se puede perder uno en el virtuosismo?

–Sí, actualmente la tendencia mundial es de mucho movimiento en todas las obras. Mucho virtuosismo que, en este sentido, tiende un poco a la acrobacia.

–¿Cuál es la perspectiva de los bailarines jóvenes?

–El mundo de la danza ha cambiado y está bien. Siempre digo que mi idea de la danza como una disciplina ardua que requiere un entrenamiento diario, fuerte, una concentración, incluso en la clase, que es la preparación para la concentración en el foro, todo este ritual que cobija la formación del bailarín, ya no existe. Ahora todo es rápido, a prisa. Las clases son muy divertidas, casi una competencia para ver quién lo hace mejor.

“El enfoque se ha transformado muchísimo. No quiero decir que siempre sea así. Obviamente hay excepciones, pero en general así se trabaja ahora. Es muy diferente a lo que pienso que debe de ser un entrenamiento artístico.”

Por otro lado, Filomarino advierte: “he visto muchas reposiciones de compañías famosas que cuidan lo que hacen. Para mí, las reposiciones sirven mientras el coreógrafo aún vive, porque los pasos allí están; sin embargo, si no está el creativo, que le da otro aliento a los bailarines, las obras cambian y se ven sin fuerza. Por eso la maestra Guillermina Bravo nunca quiso que se repusieran sus obras. La convencí de reponer Juego de pelota en sus plenas facultades creativas y de nuevo fue un gran éxito. Después repuso El llamado, pero ya no era lo mismo”.

DramaDanza se presentará el sábado a las 20 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.