Distracción y chantaje
on su habilidad para manejar ficción, distracción y chantaje, Donald Trump ha logrado que los medios repliquen y magnifiquen sus fantasías y engaños. Ya no son noticia sus faltas, equivocaciones y mentiras. Lo cotidiano es que siga negando lo que a la vista de todos es evidente, comprueba su capacidad innata de mentir las veces que sea necesario y de inducir a los mortales a su juego de espejos. El caso Epstein es una clara evidencia. Inventó una conspiración para desprestigiar a sus opositores, que hoy se ha vuelto en su contra; fotografías y documentos prueban fehacientemente sus relaciones con ese siniestro personaje. Trump insiste en que todo es una conspiración contra él, pero desde el seno de la tribu que lo respalda se le exige que aclare su participación en los desmanes organizados por Epstein. Está por verse es si la distracción de problemas fundamentales, como salud, inflación, migración y aranceles tiene algún efecto en la próxima elección.
En ese contexto cabría esperar una reivindicación en favor del Partido Demócrata por criticar la conducta del presidente y negar lo que es evidente. Lo sorprendente es que en las encuestas su popularidad ha bajado, incluso más que la del presidente. Que Trump, contra la ética más elemental, usa el chantaje y la amenaza con el fin de destruir la democracia, no hay duda. Pero que, a pesar de su conducta, haya un sector en la sociedad que sigue apoyándolo es otro cuento. Ejemplos del chantaje y la amenaza con que ejerce el poder sobran. Uno reciente es el desenlace sobre la fusión de Paramount-CBS con Skydance, que, con base en la ley antimonopolio, se había pospuesto hace meses. Sorpresivamente, fue aprobada la semana pasada. La clave es la demanda que Trump interpuso contra CBS por transmitir una entrevista con Kamala Harris, que, según él, violó una norma electoral. Al margen de si efectivamente se transgredió la diposición, la CBS, con el fin de que se retirara la demanda, ofreció donar
16 millones de dólares para la construcción de la biblioteca que albergará las memorias de Trump y se comprometió a censurar en su programación todo lo que se presumiera como crítica al presidente y su partido; la cancelación del icónico programa de Steven Colbert ha sido una de sus víctimas.
Lo relevante fue que, a unos días de dicho acuerdo, la administración Trump aprobó la fusión de marras. Moraleja: el rehén cedió al chantaje del secuestrador. (Washington Week, PBS.)