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Ciudad de México: memoria de siete siglos
C

on motivo de los 700 años de la fundación de México-Tenochtitlan, se presentó el libro Ciudad de México: memoria de siete siglos, de Alejandro Encinas Rodríguez, actual secretario de Planeación, Ordenamiento Territorial y Coordinación Metropolitana en esta ciudad.

En 12 capítulos se da cuenta de los cambios políticos y sociales que han transformado a México-Tenochtitlan, del diseño urbano y su sistema hidráulico, de la economía lacustre y la diversidad cultural que teje su identidad. En palabras del autor: El momento actual configura un escenario sin precedente para avanzar en el desarrollo de la metrópoli a largo plazo, al conjugarse por los gobiernos federal y de los estados de Hidalgo, México y Morelos, que comparten un mismo proyecto y una metrópolis. Las ciudades son entes vivos, en constante movimiento y transformación; crecen, cambian cada día, nacen, envejecen, mueren o reciclan sus espacios asociados al capricho humano. Con 21 millones 436 mil habitantes, la zona metropolitana de la Ciudad de México ocupa el séptimo lugar entre las ciudades más pobladas del mundo, después de Tokio, Delhi, Shanghái, Daca, El Cairo y Sao Paulo.

La delimitación política de Chilangotitlán (como la titula en un capítulo) registra 9.2 millones de habitantes en 2024 y presenta los menores niveles de crecimiento, 0.4 por ciento anual; la menor tasa de fecundidad, de 0.96 hijos por mujer; el menor rezago educativo y la más alta esperanza de vida, 74 años para los hombres y 80.2 para las mujeres. Con una superficie de 494.6 kilómetros cuadrados (0.07 por ciento de la superficie del país) y altitud promedio de 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar, con centro geográfico en Huayamilpas (Coyoacán), su elevación principal en el Pico del Águila y el punto más bajo está en Iztapalapa. Originalmente contaba con 14 ríos y 23 cuerpos de agua, hoy su zona urbana se asienta principalmente en la zona lacustre y en el lomerío de la cuenca. La temperatura moderada es uno de sus atractivos, va del semifrío en las partes altas del sur, al templado, en la planicie, los meses de julio son más cálidos y llueve más en las partes altas.

En 171 páginas se recorren significativos episodios, desde los códices fundacionales y la Conquista, pasando por la ciudad virreinal y la modernización del siglo XIX, hasta los acontecimientos más recientes, como los sismos, la pandemia de covid-19, así como la histórica elección de la primera presidenta de México y de la actual jefa de Gobierno. Una edición estética y de impecable impresión permite contemplar narrativas, mapas y archivos, planos antiguos, imágenes satelitales y documentos de acervos que dan seguimiento al crecimiento urbano desde su traza fundacional hasta hoy.

En tanto que dure el mundo, no acabará, no perecerá la fama, la gloria de México Tenochtitlan, esta es frase de Tenoch, 1325, entre múltiples textos originarios que se retoman. En náhuatl, México ombligo de la luna o “el hijo de la luna, proviene de las palabras metztli, luna, y xictli, ombligo. México-Tenochtitlan significa el tunal divino donde está Mexitli. Tenochtitlan proviene de tetl, piedra, nochtli , tuna, y tlan, abundancia.

Como señala la introducción: la obra no pretende ser un libro de historia ni hacer el análisis de cada momento que ha marcado la vida cotidiana de la Ciudad de México, sino reconstruir una línea del tiempo imaginada originalmente como celebración de la primera Constitución Política de la Ciudad de México. Después del sismo de 1985, la ciudad se empoderó de la emergencia, rebasando a la autoridad en todos sus órdenes, sus habitantes inundaron de solidaridad las calles y las comunidades más remotas de la ciudad, dando vida a una nueva identidad colectiva. El sismo del 19 de septiembre de 2017, al cual se dedica un capítulo, apuntala la ruta de la obra, contradicciones, debilidades y fortalezas de una urbe que es la suma de la pluralidad de etnias, lenguas y culturas que conviven y comparten el territorio. Los textos y cartografías incluidos dan cuenta de la evolución de la ciudad, el amor por la capital de los mexicanos por esta urbe que nunca fue pueblo, pues desde su fundación, México-Tenochtitlan formó una gran metrópoli de la que emergió una civilización que trascendió a Mesoamérica, y que nada envidia a las grandes urbes europeas de entonces ni de hoy.

En palabras de fray Juan de Torquemada: Dicen de esta ciudad que cuando entraron los españoles en ella, tenía 120 mil casas y en cada una tres y cuatro y hasta 10 vecinos, por manera que a esta cuenta eran sus vecinos más de 300 mil. La ciudad es fiel reflejo de la dignidad y resistencia de sus habitantes, pese al embate de los conquistadores y sus aliados, otrora súbditos del imperio, las pandemias importadas por los españoles y la obsesión de Cortés por edificar la ciudad colonial sobre los vestigios del islote donde se ubicó la ciudad mexica, preservaron en el mestizaje su identidad y cultura, abriendo cauce a la multiculturalidad y al carácter cosmopolita que desde entonces la caracteriza.

Los convoco a leer Ciudad de México: memoria de siete siglos, a contemplar la belleza de los textos y de las ilustraciones, a analizar y conocer mejor nuestra ciudad capital y repensar su escenario futuro.

* Secretaria Técnica del Conapo

X: @Gabrielarodr108