La guerrera llega a México con el sello RBA

Domingo 20 de julio de 2025, p. a12
El libro La guerrera, de la novelista pacifista estadunidense Maxine Hong Kingston (1940), con más de un millón 300 ejemplares vendidos en inglés, llega a México con el sello RBA. La narración de no ficción recupera la historia familiar y la experiencia de la autora de vivir en California con un origen chino.
La mujer guerrera plasma la tensión en Maxine Hong de ser una chino-estadunidense en un país que recela de los extraños, al parejo de la indagación entre la verdad de las historias que su madre le narraba de manera constante.
El título inaugura la colección RBA Lit, con el que el sello trae a nuestro país narraciones de literatura contemporánea y diversa.
Esta autobiografía, que mezcla el mito y los sueños de personas reales y comienza cinco décadas antes del nacimiento de la escritora, irrumpe con el quiebre del silencio y los secretos en torno a la Mujer Sin Nombre, una tía acosada hasta la muerte por un embarazo fuera del matrimonio, o sobre mujeres enloquecidas por la dislocación cultural.
La historia tiene su inicio en una aldea campesina de la provincia de Kwangtung, donde los aldeanos se dan a la tarea de destruir las posesiones de la familia en castigo. Esa noche mueren la madre y su vástago. Ella se convierte en la Mujer sin Nombre y una figura que perseguirá años después a la autora. La mujer guerrera se convierte en el rescate de esa mujer china muerta décadas atrás.
El texto es una versión de The Woman Warrior: Memoirs of a Girlhood among Ghosts, editada originalmente en 1976 y ganadora del Premio del Círculo Nacional de Críticos del Libro en Estados Unidos.
La narradora Maxine Hong nació en Stockton, California, en una familia formada por tres mujeres y tres varones, hijos de los inmigrantes chinos Tom Hong, poeta y maestro de aldea, y Ying Lan, partera con formación en medicina occidental y china en Cantón.
El padre de la escritora llegó a Cuba en 1924, de donde viajó a Nueva York, donde fue capturado y deportado a la isla en dos ocasiones. Fue hasta la tercera vez en que pudo permanecer. Tras 15 años de separación, logró la visa para su esposa. Por su extrema delgadez no fue reclutado para combatir en la Segunda Guerra Mundial.
El matrimonio trabajó en una casa de apuestas en Stockton y luego en una lavandería, donde ayudaba la pequeña Maxine, quien hasta los cinco años no sabía inglés.
Más tarde, vivió los simulacros de bombardeo durante la Guerra de Corea de 1950 a 1953 y la segregación social en la Universidad Berkeley, donde conoció a Earll Kingston y con quien se casó en 1962. Durante el alarmismo macartista fue denunciada por predicar el comunismo. Como estudiante de posgrado en Berkeley fue activa militante del Movimiento por la Libertad de Expresión.
Nací durante la Segunda Guerra Mundial. He estado mirando al cielo, alerta, desde que tengo memoria, en busca de grupos de tres aviones. Sigo soñando con bebés menguantes, con un cielo cubierto de avionetas, dirigibles, misiles, bombarderos en formaciones tan regulares como un patrón de costura
, escribió la también profesora.
Ante un escenario de constante agitación y enfrentamiento en California en 1967 la pareja se mudó a Hawai, donde permanecieron 17 años.
Participaron en la primera marcha contra la guerra de Vietnam que se realizó en ese estado y fundó un santuario para objetores de conciencia. En esa época escribió sus dos primeros libros.