
Sábado 19 de julio de 2025, p. 3
Con una carrera que abarca cinco décadas, Lidya Romero se ha convertido en una figura destacada de la danza contemporánea mexicana. Su pasión por esta disciplina la ha llevado a crear más de 70 coreografías cuyo sello particular es su lenguaje y temática en torno a la urbe, lo femenino, la memoria y las relaciones interpersonales.
La coreógrafa, bailarina, catedrática e investigadora celebrará hoy 50 años de trayectoria con una función especial en el Palacio de Bellas Artes, en la que estrenará las obras Libre pastoreo y Luna de Shanghái con su compañía El Cuerpo Mutable/ Teatro de Movimiento.
En entrevista con La Jornada, Romero reflexionó sobre su trayectoria, su estilo y enfoque en la danza, así como su visión para el futuro de este arte.
Hace 50 años, la creadora debutó en el máximo recinto cultural del país con la obra Interacción y recomienzo, de Guillermina Bravo, con música de la Quinta sinfonía de Mahler. Desde entonces ha tenido una carrera prolífica y ha colaborado con coreógrafos como Luis Fandiño, Miguel Ángel Palmeros, Rosa Romero, Eva Zapte y Jorge Domínguez, entre otros.
Romero fue integrante de Ballet Nacional de México, así como del Forion Ensamble. También se desempeñó en los cargos de jefa de Danza de la Universidad Nacional Autónoma de México, subdirectora de Danza y Coordinadora Nacional de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), coordinadora del Centro de Producción Coreográfica de Morelos y directora de la Academia de la Danza Mexicana.
Todo eso habla del oficio de bailarina y coreógrafa, pero también tuve la oportunidad de estar del otro lado del escritorio generando proyectos que contribuyeron al desarrollo de la disciplina; así que han sido cinco décadas muy productivas
, aseguró.
En sus obras, Romero busca reflejar la fortaleza humana, explorando la complejidad y la dualidad de la vida. La profundidad del alma humana me fascina, y todo este claroscuro de que no todo en la vida es luminoso o positivo, sino siempre está esta ambivalencia
, afirmó.
Con 50 años de trayectoria, la maestra es un ejemplo de dedicación y pasión por la danza. Su obra y su legado continúan inspirando a nuevas generaciones de bailarines y coreógrafos. La danza es un lenguaje que elegí desde temprana edad; estoy en este mundo como aprendiz, luego como intérprete de otros coreógrafos y después como creadora de mis piezas. El lenguaje dancístico me permite hablar de los temas que me interesan con amplitud y generosidad
, añadió la directora de El Cuerpo Mutable.
Además consideró que el discurso coreográfico debe ser claro, legible y contundente para que el público pueda leerlo con claridad y complementarlo con su historia. Reiteró que la danza le ha permitido con generosidad
abordar temas que le interesan sobre la vida cotidiana, lo femenino, el mundo de los recuerdos y las relaciones interpersonales.
Para celebrar su aniversario con la compañía que fundó en 1982, la maestra estrenará en el recinto de mármol la obra Luna de Shanghái, en la que explora su fascinación por el Lejano Oriente y la cultura japonesa. La pieza la he trabajado desde hace varios años y tiene que ver con la intriga, la decadencia, las relaciones humanas, con el florecimiento de la sensualidad en la adolescencia
, explica.
La obra Libre pastoreo, también de Romero, celebra la trayectoria de amigos y colegas de la danza. Las grandes leyendas que se rencontrarán esta noche en Bellas Artes son María Elena Anaya, Mirta Blostein, Miguel Ángel Palmeros, Elisa Rodríguez, Orlando Scheker y Coral Zayas.
Para Romero, compartir saberes y experiencias en el campo dancístico, tanto en las escuelas como en los foros con el público ha sido enriquecedor. La danza es un arte vivo que requiere de la presencia del artista, del creador escénico y del público. Debemos activar esa relación, ese diálogo con el espectador para conocer lo que busca en un trabajo escénico. El arte es indispensable para hacernos más humanos
.
El Cuerpo Mutable/Teatro de Movimiento, con la dirección de Lidya Romero, se presenta hoy a las 19 horas en el Palacio de Bellas Artes (Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas), como parte de la temporada Diversas Danzas, Diversos Cuerpos, organizada por la Coordinación Nacional de Danza del Inbal.