París. El primer ministro francés, Francois Bayrou, presentó ayer un plan de ajuste presupuestario que espera lograr un ahorro de 43 mil 800 millones de euros a fin de reducir el déficit público y financiar el aumento del gasto militar, con medidas como la reducción del número de funcionarios, la congelación de las pensiones en 2026, la supresión de dos días feriados y una contribución de solidaridad por parte de los más ricos.

Esta es nuestra hora de la verdad, aseguró Bayrou en referencia a las arcas públicas, que tuvieron un déficit de 5.8 por ciento del PIB en 2024 y una deuda pública de casi 114 por ciento en marzo, la tercera más alta de la Unión Europea, después de Grecia e Italia. Todo el mundo deberá participar en el esfuerzo frente a la magnitud del desafío, agregó.

Bayrou también propone cerrar agencias (públicas) improductivas, reducir en más de 5 mil millones de euros los gastos sociales (con un menor reembolso en medicamentos, por ejemplo) y la congelación de prestaciones sociales, entre otras medidas que deben ser aprobadas por un Parlamento en el cual el gobierno del presidente centroderechista, Emmanuel Macron, carece de mayoría.

La oposición –tanto la izquierda como la derecha y la ultraderecha– rechaza el plan del premier y amenaza con destituir a Bayrou como hicieron con su predecesor, el conservador Michel Barnier, en diciembre.

Si no rectifica sus medidas, lo censuraremos, reaccionó la lideresa ultraderechista Marine Le Pen, cuyo partido consideró una provocación la supresión de los dos días feriados.

El líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon considera que las propuestas del premier significarían destruir el Estado y los servicios públicos para abrir espacio al mercado y proteger a los muy ricos.