Lunes 23 de junio de 2025, p. 11
Han pasado más de dos semanas desde que, sin consulta alguna y contra la voluntad de la inmensa mayoría de la comunidad de La Jornada, un grupo minúsculo amenazó con impedir la publicación de nuestro diario en los primeros minutos del 5 de junio.
Finalmente, el plazo fijado llegó sin que el intento de intimidación se hiciera realidad. Una hora antes de cumplir su amago de colocar las banderas de huelga en las instalaciones del periódico, el comité ejecutivo del Sindicato Independiente de Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) divulgó un comunicado en redes sociales, sin firma alguna, en el que anunció que ante la falta de condiciones, nos vemos orillados a no ejercer nuestro legítimo y legal derecho de huelga
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La determinación tomada por el grupo anónimo de no suspender
actividades no se comunicó a los trabajadores o a las autoridades de esta casa editorial. Simple y llanamente fue lanzada a las redes sociales. De manera irregular, el juez laboral encargado del caso no envió actuario alguno a certificar la suspensión de labores o la no suspensión de las mismas, o en su caso, en qué condiciones se habrían suspendido.
En cumplimiento con la legislación establecida, los abogados de La Jornada solicitaron al tribunal laboral la declaratoria de inexistencia de huelga, toda vez que ésta no se realizó. La respuesta a la petición fue la declaratoria de inexistencia de la huelga.
Por ahora, la amenaza quedó conjurada. Sin embargo, en cualquier momento este minúsculo grupo puede seguir adelante con su chantaje. Es obvio que detrás de sus reivindicaciones, supuestamente laborales, se esconden intereses políticos. Las graves irregularidades en el reconocimiento del Sitrajor, fuera de los tiempos establecidos por la ley y a contracorriente de la voluntad de la inmensa mayoría de los trabajadores de la comunidad jonalera, avaladas por el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL), mantienen artificialmente vivo el peligro de que, en cualquier momento, quieran amagar nuevamente con impedir la publicación del diario.
Nuestros lectores y el público en general pueden estar seguros de que no permitiremos que la arbitrariedad y la extorsión se impongan. No cejaremos en nuestro compromiso para que La Jornada llegue cada día a sus manos o a sus dispositivos elctrónicos.
Atentamente:
Consejo de Administración de Demos, Desarrollo de Medios SA de CV