a semana pasada vimos un despliegue de la Guardia Nacional y la Marina en Los Ángeles, y contra el gobierno estatal de California, como estrategia de Donald Trump para generar el caos y escalar el uso de la fuerza bruta para reprimir y consolidar su poder. Al mismo tiempo ha incitado a Israel a iniciar una guerra contra Irán que parece un escenario perfecto para detonar una guerra mundial. En medio de su rabia, y en el contexto del 250 aniversario del ejército estadunidense, Trump consiguió el desfile militar en la capital del país que ha querido desde su primer mandato, y justamente en su cumpleaños, con un costo de hasta 45 millones de dólares (hay estimaciones mucho más altas).
Trump volvió a la presidencia, en parte, gracias a sus hipócritas posturas pacifistas ante las guerras de Rusia contra Ucrania y de Israel contra Palestina, así como culpar de estos males al ex presidente Joe Biden. Sin embargo, apenas unos 150 días de ser presidente ha dado rienda suelta a los perros de guerra solicitando al Congreso un presupuesto militar para el Pentágono de 1.1 billones de dólares (1.1trillions, en inglés; https://tinyurl.com/vmjpas9w) para escalar la militarización dentro del país, contra el enemigo interno
, así como al exterior.
Según Christine Ahn, colega del Institute for Policy Studies, y Leslie Cagan, reconocida activista en favor de la paz y la justicia social, el presupuesto militar representa 75 por ciento del presupuesto total lo que explica por qué, además de los enormes recortes de impuestos a los multimillonarios, no hay dinero para todo tipo de programas sociales, y cómo la mitad del presupuesto del Pentágono se destina a contratistas de defensa que venden armas de destrucción masiva a estados autoritarios y violadores de derechos humanos, como Arabia Saudita e Israel (https://acortar.link/OQfjds).
Señalan Ahn y Cagan que el presupuesto también enriquece a multimillonarios de la tecnología, como al mismo Elon Musk, cuya donación de 277 millones de dólares a la campaña de Trump le valió un acuerdo con el Pentágono de 5 mil 200 millones de dólares […] y a otros como Peter Thiel, cofundador de PayPal y Palantir, que Bloomberg describe como una plataforma de inteligencia diseñada para la guerra global contra el terrorismo también utilizada como arma contra los estadunidenses comunes
. Thiel acaba de recibir otro contrato para llevar a cabo deportaciones de ICE, y está, junto con Musk, Zuckerberg, de Meta, y otros tecnofascistas
, tratando de construir un futuro distópico de red de estados
no regulados y vigilarnos a todos” (https://tinyurl.com/29n3fnwc).
Hemos de trabajar duramente para redefinir nuestro paradigma de seguridad nacional
, dicen Ahn y Cagan. Citan el libro de Jugadas feministas para la paz: una guía para transformar la política exterior de Estados Unidos, el cual proporciona una de esas guías para que nuestro país (EU) pase de ser definido por la guerra y la violencia a estar basado en el cuidado, la compasión y la cooperación
(https://tinyurl.com/2632mxs9) y piden prestar atención a las proféticas palabras
del ex presidente Eisenhower, quien dirigió como general a las fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial para derrotar al fascismo, advirtiendo a estadunidenses que se protegieran contra la adquisición de influencia injustificada del complejo militar-industrial [pues] existe el potencial para su desastroso ascenso en el poder fuera de lugar
(https://tinyurl.com/2mhrxteb).
Para la definición de nuevos paradigmas también es oportuno el artículo de mis colegas del Institute for Policy Studies, Lindsay Koshgarian y Hannah Homestead, Diez cosas que podríamos financiar en lugar de un desfile militar de 45 millones de dólares
. Explican cómo la destrucción del Estado-nación está ocurriendo en múltiples frentes a la vez: está el DOGE, de Elon Musk; el proyecto de ley de presupuesto del presidente que destriparía Medicaid y los cupones de alimentos para pagar la guerra y las deportaciones, y el proyecto de ley de presupuesto del presidente que promulgaría el primer presupuesto de guerra de más de un billón de dólares mientras diezma aún más los servicios gubernamentales.
Koshgarian y Homestead señalan 10 programas que Trump y Musk han recortado o amenazan con recortar y que se podrían salvar con esos 45 millones de dólares para su ego-desfile militar, por no decir con el estratosférico presupuesto militar; incluyen reducir la mortalidad materna e infantil, el trabajo infantil y forzoso en todo el mundo, apoyar legalmente a infancias vulnerables, hasta desarrollar vacunas del VIH, entre tantas otras urgencias sociales dentro y fuera de EU. Cualquiera o muchos de estos programas podrían haber sido salvados saltándose el desfile, pero ya pasado este, muchísimo más se podría salvar si el Congreso fuera lo suficientemente valiente para decir un no
a ese presupuesto militar (https://acortar.link/eeAzhg).
Los movimientos sociales estadunidenses quedaron como hormigas confundidas dando vueltas después del gran pisotón que significó la segunda elección de Trump. Pero desde el sábado pasado, ha quedado claro que la mayoría del pueblo estadunidense no consiente más esta impostura de poder cuasi monárquica. Pero el levantamiento debe enfocarse, además del militarismo, y como quedó claro en el movimiento de los 99 por ciento de inicios de la década pasada, ante el modo capitalista cuyos burgueses (el uno por ciento, los dueños del capital, los CEO y accionistas de empresas financieras, tecnológicas, petroleras, mediáticas, armamentistas) detentan el verdadero poder. Un poder superior al del mismo Trump y su elenco de payasos y del podrido Partido Republicano que a pesar de ser, motivo de mofa risa y de punching bag de los late night shows, sirven, en términos gramscianos, de una faceta política envestida de malignidad y crueldad propia de un fascismo en servicio, en última instancia, del gran capital.