Lunes 16 de junio de 2025, p. 26
Washington. El gobierno del presidente estadunidense Donald Trump está considerando ampliar significativamente sus restricciones de viaje al prohibir la entrada a Estados Unidos de ciudadanos de 36 países adicionales, según un cable interno del Departamento de Estado, que la agencia británica de noticias Reuters tuvo a la vista.
A principios de este mes, el presidente republicano firmó una proclama que prohibía la entrada de ciudadanos de 12 países (Afganistán, Myanmar, Chad, la República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen).
También hay restricción a los que arriban desde Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela.
La directiva forma parte de una ofensiva migratoria que Trump lanzó este año al inicio de su segundo mandato, que ha incluido la deportación
a El Salvador de cientos de venezolanos a los que acusó, sin pruebas, de pertenecer a bandas, así como esfuerzos para denegar la matrícula a estudiantes extranjeros en universidades estadunidenses y deportar a otros.
En un cable firmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, la dependencia expuso una docena de preocupaciones sobre países de África, Asia y Oceanía, y solicitó medidas correctivas.
Desconfían de pasaportes
Se ha identificado 36 países a los que se podría recomendar la suspensión total o parcial de la entrada si no cumplen los puntos de referencia y los requisitos establecidos en un plazo de 60 días
, dice el cable enviado durante el fin de semana.
El comunicado fue publicado por primera vez por The Washington Post.
Entre las preocupaciones del Departamento de Estado figura la falta de un gobierno competente o cooperativo para producir documentos de identidad fiables en varios de los países sobre los que quieren imponer las restricciones. Otra es la seguridad cuestionable
del pasaporte de cada país.
Estamos revaluando constantemente las políticas para garantizar la seguridad de los estadunidenses y que los ciudadanos extranjeros respeten nuestras leyes
, declaró un alto funcionario del Departamento de Estado, que declinó hacer comentarios sobre deliberaciones y comunicaciones internas concretas.