Chilpancingo, Gro., Al cumplirse 10 años del asesinato del profesor y dirigente social Antonio Vivar Díaz, Comandante Toño, familiares y compañeros de lucha, e integrantes del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, realizaron un mitin en el zócalo de Tlapa de Comonfort, en la Montaña Alta de Guerrero, donde exigieron justicia al gobierno.

En su intervención, el director de Tlachinollan, Abel Barrera Hernández, recordó antier en la tarde, durante la movilización, que desde joven Vivar Díaz luchó por los pueblos originarios de la región.

Fue bolero en el zócalo de Tlapa, se ganó la vida dando grasa y vendiendo chicles, para sostener a la familia; él no imaginaba estudiar hasta la licenciatura, se conformaba con terminar la preparatoria, porque no tenía cómo sostenerse y aprendió el oficio de panadero, rememoró.

Agregó: el Comandante Toño se inscribió “en la carrera de desarrollo comunitario en la Universidad Pedagógica Nacional, para servir a las comunidades recuperando sus saberes y conocimientos.

“Tuvo que dejar un año la escuela por falta de recursos económicos; se fue a trabajar para juntar un poco de dinero y regresó a continuar sus estudios y dispuesto a abrazar la lucha social en la Montaña, se transformó y nació ese Toño rebelde. Luchó por la presentación de los 43 estudiantes (de la Normal Rural de Ayotzinapa).

En tanto, en un comunicado, la familia del activista y Tlachinollan aseguraron que el Comandante Toño fue asesinado por “la Policía Federal, encabezada por Enrique Galindo Cevallos y (el entonces presidente) Enrique Peña Nieto. Ese día una bala –cuya trayectoria vino de la capilla de El Tepeyac, donde se encontraban varios agentes federales retenidos–, impactó en el tórax del joven luchador social”, quien pereció.

Subrayaron que el homicidio de Vivar Díaz se cometió “en el contexto de las protestas que el Movimiento Popular Guerrerense y otras organizaciones sociales realizaron por la presentación con vida de los 43 alumnos de Ayotzinapa.

Ese 2015 el movimiento social decidió boicotear las elecciones intermedias en protesta por la desaparición de los normalistas y contra un sistema de partidos que en sus filas incorporaban a miembros de la delincuencia organizada, apuntaron.

Reprobaron que la Fiscalía General de la República mantiene en reserva la indagatoria, pese a que varios datos de prueba establecen que los policías que se encontraban al interior de la capilla le habrían disparado a Antonio Vivar.