Sábado 31 de mayo de 2025, p. 17
Durante la campaña electoral, Elon Musk hizo malabarismos para sostenerse entre las drogas y sus problemas familiares, de acuerdo con un reportaje de The New York Times (NYT). El año pasado, cuando Musk se convirtió en uno de los aliados más cercanos de Donald Trump, su vida privada atrajo mayor atención y su consumo de drogas fue más intenso de lo que se conocía.
El magnate tecnológico declaró que la ketamina –un potente anestésico autorizado para procedimientos médicos– que supuestamente le habrían recetado para la depresión, le estaba afectando a la vejiga, un conocido efecto de utilización crónica. Consumía, además, éxtasis y hongos sicodélicos, junto al Adderal, prescrito para su déficit de atención. La línea entre el uso médico y el recreativo de drogas que tiene Musk es difusa, según personas cercanas. El NYT subraya el comportamiento errático de Musk durante sus funciones en la administración Trump, insultando a miembros del gabinete y confundiendo sus respuestas en una entrevista preparada; incluso fue criticado por hacer un saludo nazi. La Casa Blanca no respondió a preguntas sobre si le habían pedido que se sometiera a pruebas de dopaje.
La investigación del medio, que tuvo acceso a mensajes privados y entrevistas con más de una docena de personas cercanas al empresario, revela que sus conocidos se preocuparon por sus cambios de humor y su obsesión por tener más hijos, que se acrecentaron tras el inicio de su participación en la campaña electoral.
En varias publicaciones, Musk hizo sonar la alarma de que la disminución de las tasas de natalidad en el mundo conduciría al fin de la civilización
, alentando públicamente a la gente a tener hijos y donando 10 millones de dólares a una iniciativa de investigación sobre el crecimiento de la población.
Tanto en entrevistas como en redes sociales, Musk habló de algunos de sus problemas de salud mental; afirmó haber sentido grandes altibajos, terribles bajones y un estrés constante
. Sin embargo, criticó la terapia tradicional y el uso de antidepresivos. El magnate tecnológico practica videojuegos durante horas, publica día y noche en su plataforma X, tiene problemas alimenticios y toma medicamentos para bajar de peso, según personas de su entorno.
El 5 de octubre, apareció por primera vez con Trump en un mitin, dando saltos alrededor del candidato, y esa noche compartió su entusiasmo con una persona cercana: “Mañana desataremos la anomalía en la matrix (…) Láseres desde el espacio”.
Musk, quien se ha casado y divorciado tres veces y tuvo seis hijos en su primer matrimonio –uno de los cuales falleció– sostiene batallas legales privadas que involucran a su creciente prole, según documentos.
Una de sus ex parejas, Claire Boucher, artista musical conocida como Grimes –con quien tuvo dos hijos– se quejó de que las apariciones de Musk junto a X, el hijo de 5 años de ambos, violan un acuerdo de custodia que implica mantener a sus hijos fuera del ojo público. Musk solía llevar a X, con quien está extremadamente apegado, a la Oficina Oval y a reuniones de alto perfil.
También Shivon Zilis, una ejecutiva de su empresa de implantes cerebrales Neuralink, es madre de cuatro hijos del milmillonario.
Otra de sus ex parejas, la escritora Ashley St. Clair, reveló en febrero que dio a luz al decimocuarto hijo conocido de Musk, quien le habría ofrecido una millonaria indemnización para mantener oculta su paternidad, pero ella se negó. St. Clair afirmó que el empresario le contó que había tenido hijos en todo el mundo
, incluyendo uno con una estrella del pop japonesa. Dijo que estaría dispuesto a dar su esperma a cualquiera que quisiera tener un hijo. Lo hizo parecer como si fuera altruismo
, afirmó.
Pesquisas penales
Por otra parte, Musk también enfrenta investigaciones federales sobre sus negocios, entre ellos accidentes de los coches autónomos de Tesla y acusaciones de racismo en sus fábricas. Hay al menos media docena de iniciativas importantes para derrocarme
, escribió en un mensaje de texto a alguien cercano hace algunos días.