Miércoles 28 de mayo de 2025, p. 20
Rafah. La Organización de Naciones Unidas (ONU) describió como desgarradoras
las imágenes de miles de palestinos que irrumpieron en el centro de distribución de ayuda operado por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), apoyada por Estados Unidos e Israel, y remarcó que la organización internacional cuenta con protocolos de operación sólidos para hacer llegar ayuda a la población que más la necesita, críticas que Washington calificó de el colmo de la hipocresía
.
El plan de la ONU para hacer llegar víveres está respaldado por los estados miembros
, indicó Stéphane Dujarric, vocero del organismo, a propósito del video que muestra la caótica situación en el centro instalado en el sur de la franja por GHF.
Registrada en Ginebra en febrero, GHF no tiene oficinas ni representantes en esa ciudad, y Jake Wood renunció a la dirección de la organización no gubernamental (ONG) el domingo, tras afirmar que era imposible hacer su trabajo respetando los principios humanitarios.
Los organismos de la ONU y las ONG que trabajan en Gaza rechazaron participar en el plan de ayuda de Israel y Estados Unidos, al subrayar que contraviene los principios humanitarios fundamentales
de imparcialidad, independencia y neutralidad.
Es lamentable, porque el tema aquí es dar ayuda a Gaza, y de repente hay quejas sobre el estilo o la naturaleza de quién lo está haciendo
, declaró la vocera del Departamento de Estado, Tammy Bruce, y justificó: Al ver 8 mil cajas de alimentos, ¿sería como ir al centro comercial o a un autoservicio? No, no lo fue
.
Críticas de la CE y Alemania
Aunque Bruselas siempre respaldó el derecho de Israel a la autodefensa, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, advirtió que el uso desproporcionado de la fuerza
sobre la población gazatí no tiene justificación
.
Asimismo, el canciller federal alemán, Friedrich Merz, afirmó que los bombardeos en Gaza ya no revelan ninguna lógica. ¿Cómo sirven al objetivo de hacer frente al terror?
Esta declaración marcó un cambio de tono en un país cuyos dirigentes siguen una política de responsabilidad especial hacia Israel, conocida como Staatsraeson, debido al legado del Holocausto nazi.