Sábado 17 de mayo de 2025, p. 8
En medio de protestas vecinales para que sean desalojados de los campamentos en donde viven y del rechazo de otros a la apertura de nuevos albergues, las personas migrantes continúan en la zozobra decidiendo su futuro.
En un recorrido en los asentamientos de Vallejo y el parque Guadalupe Victoria, familias expusieron que persiste el riesgo de que en algunas semanas los desalojen, por lo que están buscando lugares económicos para rentar o vuelos humanitarios de repatriación.
En el parque Guadalupe Victoria, en la alcaldía Venustiano Carranza, un migrante denunció que continúan los incidentes de violencia en el campamento, pues ayer fue apuñalado un joven, también extranjero, que circulaba en una motocicleta.
Yazmín, de nacionalidad venezolana, y quien tiene seis meses viviendo en el campamento instalado junto a las vías del tren, en la alcaldía Gustavo A. Madero, junto con sus dos hijos y esposo, dijo que su intención es regresar al país sudamericano.
Sólo está esperando a que termine el ciclo escolar el próximo 16 de julio para que su hija concluya el sexto año de primaria en la escuela La Prensa, ubicada a unas calles del asentamiento donde se está quedando.
Nos vamos a regresar a nuestro país, nada más estamos esperando que termine la niña la escuela; nos toca anotarnos para aplicar en lo del vuelo
, indicó.
Yazmín comentó que una vecina que vivía en uno de los ranchitos –pequeños cuartos construidos con retazos de madera y lonas– fue a la embajada de Venezuela, en Polanco, se apuntó en una lista, la llevaron a un albergue y de ahí le otorgaron el vuelo en 15 días, ella ya está en mi país
.
Alejandra, también venezolana, espera a que su hijo concluya de igual manera el sexto año de primaria, pero señaló que su intención es quedarse en México, y por ello busca un cuarto para rentar cerca del campamento en Vallejo.
Declara que es complicado porque el sueldo que gana es mínimo. He encontrado (un cuarto) hasta Ecatepec, pero quiero algo cerca porque trabajo, reparto comida en los talleres y autolavados de la zona
.
En este asentamiento, donde la mayoría de los migrantes son venezolanos, se pudo observar que en el transcurso del día varios de los ranchitos están cerrados con cadenas y candados; migrantes indicaron que quienes viven ahí salen a trabajar.
No obstante, también reconocen que otros están vacíos porque algunos se han ido por la incertidumbre del desalojo
y han conseguido rentar.
Alejandra mencionó que personas solidarias y de iglesias cercanas les siguen brindado apoyo; les llevan ropa o alimento, principalmente.