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Por fin exhibirá el Palacio de Iturbide muestra de El Chamaco Covarrubias anunciada hace tres años

Una mirada sin fronteras se inaugura el jueves // Explora la vida y obra del creador mexicano que rompió moldes y cruzó fronteras entre disciplinas

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▲ Aquí, original de la caricatura que se publicó en Vanity Fair, en 1932, donde se observa a la princesa Marie de Rumania y a la actriz Mae West. A la derecha, fragmento de una de las obras de Covarrubias inspiradas en Bali.Foto cortesía de FCB
 
Periódico La Jornada
Lunes 21 de abril de 2025, p. 2

Revisitar la polifacética y fascinante carrera de Miguel El Chamaco Covarrubias (1904-1954) es siempre una tarea emocionante, llena de sorpresas y hallazgos. Definirlo sólo como caricaturista, ilustrador, dibujante o pintor, resulta limitante. También fue cartógrafo, escenógrafo, autor de valiosas aportaciones a los estudios antropológicos, etnográficos y museográficos, coleccionista y funcionario impulsor de la danza moderna en México.

De ninguna manera es un artista olvidado, sino uno al que interesados, tanto estudiosos como artistas contemporáneos, vuelven una y otra vez para ofrecer una nueva lectura de sus facetas.

Fomento Cultural Banamex (FCB) asumió esta tarea al presentar Miguel Covarrubias: Una mirada sin fronteras, exposición anunciada hace tres años por la directora de ese organismo, Cándida Fernández (La Jornada, 28/12/22), que por fin será inaugurada el jueves.

La muestra, reza la publicidad, explora la vida y obra del creador mexicano que rompió moldes y cruzó fronteras entre disciplinas: del arte a la antropología, del teatro al diseño editorial, de la ilustración a la arqueología.

José Miguel Covarrubias Duclaud nació el 22 de noviembre de 1904 en la Ciudad de México. Cursó estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, los cuales dejó incompletos para conseguir trabajo “delineando mapas en la Secretaría de Comunicaciones; de ahí surgió el apodo de El Chamaco”. En ese entonces también despuntó su talento de caricaturista. Sus dibujos destacaban por un humor fino y una aguda crítica política de la sociedad moderna.

Ya para 1920 publicaba sus primeros empleos en periódicos mexicanos como El Universal Ilustrado, Fantoche, El Heraldo y El Mundo. Obtuvo su primer trabajo de ilustrador de libros por invitación de Adolfo Best Maugard, en 1923, para la publicación El método de dibujo, con prólogo del poeta y diplomático José Juan Tablada, y conclusión del filósofo dominicano Pedro Henríquez Ureña, aunque sólo firmó una de las 275 ilustraciones. Colaboró en el mural Iberoamérica, en el ex templo de la Encarnación, junto con Best Maugard y Roberto Montenegro.

Hacia 1923, Covarrubias se trasladó a Nueva York, donde fue apoyado por Tablada, que allí vivía y quien lo contactó con el medio periodístico. Al relacionarse con la élite neoyorquina, conoció a Frank Crowninshield, director de Vanity Fair, y comenzó a publicar sus caricaturas e ilustraciones en la prestigiada revista, gracias a lo que consolidó fama mundial. También trabajó en las revistas New Yorker y Fortune, y fue ilustrador para editoriales estadunidenses.

Danza y movimiento

En la ciudad de los rascacielos, El Chamaco experimentó la plena ebullición del jazz y la cultura afroestadunidense de Harlem, aspectos que marcaron fuertes influencias en su plástica artística. En 1925 publicó The Prince of Wales and other Famous Americans, su primer libro de caricaturas, y en 1927 sus famosos Negro Drawings. A pesar de que la exageración de la forma y el comportamiento es uno de los distintivos de la caricatura, las imágenes de Covarrubias también tienen que ver con danza y movimiento.

Según FCB, en su faceta de ilustrador de libros, las imágenes de Covarrubias no son una labor secundaria al texto, sino un complemento a la interpretación conceptual de cada obra.

Casado en 1930 con la bailarina Rosa Rolanda, la pareja pasó su luna de miel en Bali, una pequeña isla volcánica del sureste asiático. Una vez más, El Chamaco se sintió cautivado por una cultura diferente a la suya; entonces, en 1933 obtuvo una beca de la fundación Guggenheim para regresar a Asia meridional y dibujar, pintar y realizar trabajos etnográficos en la isla de Bali.

Después de volver a Nueva York, la pareja se mudó a la Ciudad de México, ya que los padres de Covarrubias le habían heredado una casa en Tizapán, San Ángel. El artista pasó todo 1935 y parte de 1936 preparando su libro Island of Bali, que incluye 114 fotografías del autor, cinco pinturas y 90 dibujos, además de otras fotografías captadas por su esposa, Rosa. Publicado en 1937, el libro fue un éxito de ventas.

De acuerdo con FCB, gracias a los viajes de Covarrubias por el Pacífico, el artista incursionó en la cartografía. Creó mapas con variaciones que expresaban su visión sobre la geopolítica del momento. Éstos y otros proyectos cartográficos serán expuestos en Una mirada sin fronteras”.

En 1939, el artista ejecutó seis mapas murales, conjunto titulado Desfile del Pacífico, para la exposición internacional del Golden Gate en San Francisco, con el fin de ilustrar geográficamente la riqueza del territorio asiático y americano. En México, realizó otros mapas murales; uno de ellos, Geografía del arte popular mexicano (1947), en el vestíbulo del desaparecido hotel Del Prado, y otro en 1951, en el ex templo de Corpus Christi, con motivo de la instalación del Museo de Artes e Industrias Populares, desde 2005, Acervo Histórico del Archivo General de Notarías.

Otro mural suyo, Una tarde de domingo en Xochimilco (1947), se encontraba en el bar del hotel Ritz. En 1954, Covarrubias realizó Genesis: The Gift of Life, en el edificio Stewart de Dallas, Texas.

De vuelta a México, en 1936, creció su fascinación por la arqueología, que devino colección de piezas y archivo, así como su labor docente y de investigación. Ejerció la docencia al enseñar etnografía en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Fue director de la Escuela de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, así como coordinador del Departamento de Danza. Durante estos años, diseñó vestuarios y escenografías para ballets como El invisible, Tózcatl, Zapata y La mano de Dios.

Al fallecer, El Chamaco dejó un legado inabarcable que trascendió fronteras, cuya vigencia sigue sorprendiendo.

Miguel Covarrubias: Una mirada sin fronteras abrirá al público el 24 de abril en el Palacio de Cultura Citibanamex (Palacio de Iturbide, Madero 17, Centro Histórico).