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Amazônia, muestra de Sebastião Salgado, es mágica, espectacular y fascinante

Las 230 imágenes exhibidas abogan por la protección de la naturaleza

Foto
▲ Aspectos de Amazônia, exposición de Sebastião Salgado que hasta el domingo pasado ha recibido a 105 mil personas en el Museo Nacional de Antropología.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de abril de 2025, p. 2

La exposición Amazônia, del fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, es a la vez un testimonio sobre el ecocidio, una enseñanza acerca de la protección de la naturaleza y su hermosura, y una inmersión en la experiencia de las culturas asentadas en la selva.

Mágica, espectacular y fascinante, así la reseñaron varios asistentes a la muestra de acceso gratuito que se exhibe en el Museo Nacional de Antropología hasta el próximo 4 de mayo.

Según el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la exhibición inaugurada el 7 de febrero había recibido hasta el domingo pasado a 105 mil personas. Durante el asueto de Semana Santa el recinto tendrá su horario habitual de martes a domingo, de 9 a 18 horas.

Amazônia incluye una sección dedicada a visitantes con debilidad visual o ceguera, donde se exhiben 21 fotografías táctiles, creadas a instancias de Lélia Wanick, que ofrecen una experiencia sensorial para este público específico, aunque también han sido disfrutadas por buena parte de los asistentes, en especial los menores de edad. Las piezas exhibidas fueron impresas especialmente para esta sede.

Los visitantes son recibidos con una fotografía frontal de un árbol ubicado en el territorio yanomami en São Gabriel da Cachoeira, cuyo frondoso follaje oculta sus ramas. La exuberancia se impone al blanco y negro de la imagen para evocar la variada tonalidad del verdor que confronta al espectador, mientras el sonido de la sala permite imaginar las aves a través de la composición del francés Jean-Michel Jarre.

Más allá de esta foto suspendida, se observa la profusión de 230 imágenes organizadas en núcleos temáticos, también colgadas por cables y en las paredes, así como en pequeños recintos circulares que refieren a las moradas de ciertas culturas que habitan el territorio selvático.

Las tomas son el resultado de siete años de viajes del fotodocumentalista en el Amazonas que se dividen en las temáticas Lluvias torrenciales, Montañas, Paisajes aéreos, Ríos aéreos y Grupos indígenas. Además, hay fotos de la fauna y un apartado que retoma la labor del Instituto Terra, proyecto de reforestación de Salgado y Lélia Wanick, curadora de la muestra y pareja del artista.

Itzia Villicaña y Alejandra Jiménez, subdirectora de Exposiciones Internacionales y coordinadora de proyectos, respectivamente, de la Coordinación Nacional de Museos del INAH, destacaron la importancia de esa iniciativa de rescate de la naturaleza contra el calentamiento global y la deforestación, que ha logrado regresar la vegetación de millares de hectáreas.

Selva de fotografías

La familia conformada por los padres Citlali y Agustín, y los pequeños Ollin e Illari quedaron encantados con la muestra. Agustín contó a este diario que le gustaron mucho las fotos de montañas y la museografía, que es como para irte metiendo en una selva de fotografías, donde te encuentras tribus, paisajes, agua y árboles.

Citlali refirió que ya conocían y tenían el gusto por Salgado a partir de la película La sal de la tierra, que vieron hace unos años. En esta exposición, “la parte de retratos está padrísima. Son fotos mágicas. Hay algunas de chamanes y hablan de la ayahuasca, por ejemplo, y uno ve las plumas y estos tocados que tienen, son muy impresionantes.

“En alguno de los videos habla uno de estos guías de la contaminación del río, de los peces, de que están como cercándolos más para cultivar y entonces están perdiendo tierra, y además están notando el cambio climático. Eso es conmovedor. Dicen: ‘hemos sembrado cuatro veces y no hemos podido cosechar nada’ y cuentan su miedo a que se pierdan las costumbres, las danzas, los cantos y toda la conexión con la naturaleza.”

La muestra aborda a diversos residentes del territorio indígena Xingu, una reserva indígena creada para proteger a grupos étnicos como los awá-guajá, zo’é, suruwahá, yawanawá, marubo, macuxi o yanomami.

Citlali dijo que le encantó el retrato de una niña que tiene un tocado de plumas y una mirada muy penetrante, muy clara. Agustín concordó que sus preferidos también fueron los retratos. En cambio, sus hijos se inclinaron más por las fotos de paisajes.

Aparte, Daniel Ortega y Angelina Sancho, provenientes de Barcelona, España, contaron que no pudieron ver la muestra que se presenta hasta el 20 de abril en su ciudad y decidieron visitarla aquí. Ella comentó su predilección por las tomas aéreas que son espectaculares.

Daniel hizo hincapié en que le parece espectacular la que se organizó en este museo por cómo ha podido hacer una inmersión en los poblados indígenas y, sobre todo, la naturaleza. Se dijo atraído principalmente por los retratos infantiles y los de los cazadores que muestran las armas. La gente mayor me ha encantado.

La niña Andrea Geraldine Morales Ojeda comentó que le gustó la muestra: “son conceptos que no conocía y me di la oportunidad de visitar este lugar. Son cosas sorprendentes que me cambiaron todo. También el concepto de las personas, me quedé en shock de cómo estaban y cómo fueron cambiando.

Es una exposición muy bonita la de Sebastião Salgado. No lo conocía. Me lo dejaron por una investigación de la escuela y me habían platicado de él, pero sí, está muy padre.

El fotógrafo en ciernes Juan Amaya reseñó que en esta visita veo esas cosas que antes no habría visto. Salgado intenta recuperar toda la parte de las culturas y como cada una tiene su forma de experiencia y mirada. A través de la fotografía te transmite el mensaje general de la Amazonia, de cómo se vive y la forma en la que se estructura.

Refirió que a su profesora le agrada mucho Salgado y le recomendó ver la exposición. Me han gustado bastante las fotografías que tiene. Hay una donde hace el contraste con el gran cielo y se ve que quiere que sea más visible que la tierra. Según la regla de los tercios, tenemos dos partes en el cielo y solamente un cuadro está ubicado en la tierra.

Itzia Villicaña relató que ha habido muchísima visita de escuelas de fotografía, personas que tenían ese antecedente, y los que no, de todas maneras se quedaron impresionados con el trabajo que se presenta aquí. Es muy interesante.

Añadió que hay un video donde Salgado explica su acercamiento con los integrantes de las comunidades originarias de Brasil que fotografió, así como una línea del tiempo de su vida con su pareja; además, hay un libro sobre la exposición con una hoja seleccionada por el fotodocumentalista especialmente para este lugar.