Intenta establecer base castrense
El viernes se anunció la transferencia de una larga franja de terrenos federales a la jurisdicción militar
Martes 15 de abril de 2025, p. 4
Washington. Una larga franja de tierra federal a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México que el presidente Donald Trump está cediendo al Departamento de Defensa será controlada por el ejército como parte de una base, lo que podría permitir a las tropas detener a cualquier intruso, incluidos migrantes, informaron ayer funcionarios estadunidenses.
La transferencia de esa zona fronteriza al control militar para convertirla en parte de una instalación de las fuerzas castrenses es un intento de la administración Trump de eludir una ley federal que prohíbe que las tropas de Estados Unidos sean utilizadas en tareas policiales en suelo estadunidense.
Si las unidades militares están proporcionando seguridad para tierras que son parte de una base del ejército, pueden desempeñar esa función. No obstante, al menos un experto en poderes presidenciales aseguró que es probable que la medida sea impugnada en los tribunales.
Los funcionarios afirmaron que el tema aún está bajo revisión en el Pentágono, pero incluso si se lleva a cabo cualquier revisión legal, la intención del gobierno es que las tropas detengan a los migrantes en la frontera.
La transferencia de tierras es lo más lejos que el gobierno de Trump ha ido hasta ahora para utilizar al ejército en la seguridad fronteriza. Hasta ahora, su participación se ha limitado en gran medida a ayudar a construir o fortificar secciones del muro fronterizo y operar vuelos de deportación para enviar a los migrantes de regreso a sus países de origen o, en algunos casos, a la cárcel de la base naval de Estados Unidos en la Bahía de Guantánamo, Cuba.
El ejército también ha ayudado a los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza a realizar vigilancia o tareas administrativas de respaldo.
El corredor, que se conoce como la Reserva Roosevelt, es una zona federal de 18.2 metros de ancho que se extiende a lo largo de la frontera desde Nuevo México hasta California, excepto donde se encuentran tierras tribales o de propiedad privada.
Había sido administrado por el Departamento del Interior hasta que Trump ordenó que el control se transfiriera al Departamento de Defensa en un memorando presidencial que se publicó el viernes por la noche.
Durante los próximos 45 días, el Departamento de Defensa probará el control de una sección de la Reserva Roosevelt en Nuevo México, al este de Fort Huachuca, que es una instalación del ejército en Arizona, afirmó uno de los funcionarios. Durante ese periodo, las fuerzas castrenses levantarán cercas y colocarán señales para advertir a las personas que no ingresen sin autorización.
Las personas no autorizadas para estar en esa área podrían ser arrestadas por las fuerzas de seguridad del ejército, detallaron los funcionarios.
Cualquier migrante que esté en el país sin autorización legal y sea detenido por personal militar en esas tierras será entregado a las agencias civiles de policía, añadieron.
No está claro si el área adicional requerirá que el ejército despliegue más fuerzas en la frontera. Actualmente hay alrededor de 7 mil 100 soldados en servicio activo bajo control federal asignados a la frontera y alrededor de 4 mil 600 tropas de la Guardia Nacional bajo jurisdicción estatal.