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Tumbando caña

Pachucos, una estética en resistencia

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▲ Paco Pachuco en el parque de la Ciudadela, CDMX.Foto Pablo Ramos
C

orrían los años treinta y el extravagante traje zoot se había puesto de moda en Estados Unidos. Diseñado por el sastre londinense Frederick Scholte, esta prenda masculina, a diferencia de la usada en la época, realzaba los hombros y presentaba tejidos vaporosos y llamativos. Artistas de jazz como Cab Calloway lo acogieron con entusiasmo. Cab, cantante y director de orquesta, exageró el estilo alargando el saco hasta las rodillas y agregando ciertos accesorios como zapatos chillones de dos colores y un sombrero de fieltro con una pluma de ave en él. Sus admiradores, jóvenes de color asociaban los trajes con la libertad física y social adoptaron el look, modificándolo para que fueran lo más bailables y elegantes posible. Los pantalones sueltos se estrecharon en los tobillos para evitar que las parejas que bailaban jitterbug se tropezaran al girar.

Con el tiempo, los trajes zoot, como acabaron conociéndose, se asociaron a los jóvenes mexicano-estadunidenses de la costa oeste. El atuendo era lo que el historiador Stuart Cosgrove llamó un emblema de etnicidad... un gesto subcultural que se negaba a ceder a los modales de sumisión. Y esa era una característica de los mexicano-estadunidenses de segunda generación que adoptaron con entusiasmo la distintiva vestimenta junto con la música jazz y una jerga característica de ellos por lo que fueron apodados pachucos.

El origen de la palabra pachuco es incierta pero se prestó como sello de identidad, valor contestatario y resistencia de la raza chicana.

José Manuel Valenzuela, doctor en Ciencias Sociales de El Colegio de México y uno de los más importantes estudiosos del fenómeno bicultural de la frontera norte, señala: “El pachuco, ciertamente emerge con una serie de actitudes desafiante al racismo que van a fortalecer sus marcas identitarias propias y van a generar una estética reconocible a través del zoot suit. Tal elemento de resistencia, será visto, por la sociedad estadunidense blanca, la policía y los medios masivos de comunicación, como algo sumamente desafiante, vinculada a las pandillas y de ahí la respuesta violenta: Al pachuco que veían vestido de esa forma lo detenían, golpeaban y desnudaban en la calle ante las miradas cómplices de la gente.

La noche del zoot suit en EU

El 31 de mayo de 1943, un destacamento de marinos se cruzó con un grupo de pachucos vestidos con zoot suits y al verlos les reclamaron por vestir de esa manera antipatriótica, les insultaron y violentaron. Eran tiempos de verdadero caos social en Estados Unidos. Se hablaba mucho de xenofobia y fanatismo bélico. Los marinos aquellos les reclamaron a los pachucos el porqué no iban a la guerra y la discusión se tornó violenta. El incidente encendió la mecha de lo que vendría después. Durante una semana la ciudad de Los Ángeles vivió uno de los episodios más violentos en su historia. Lo que se conoció como La noche del zoot suit. Miles de militares y civiles blancos agredían a cualquiera que vistiera los extravagantes trajes zoot: negros, blancos, filipinos, pero sobre todo mexico-estadunidenses.

Estas acciones fueron alentadas en gran medida por la prensa, incluido Los Angeles Times, que dijo en su momento: “Esos gamines dandies, los zoot suiters, habrán aprendido una gran lección moral de los militares”.

La violencia alcanzó su punto álgido la noche del 7 de junio, cuando una multitud de 5 mil civiles y militares invadieron el centro de Los Ángeles armados con palos y tubos y otras armas. Los agresores irrumpieron en los cines, restaurantes y cafeterías despojando de sus trajes a quienes los llevaban puestos y quemándolos delante de ellos.

La historia de la agresión a los pachucos se extendió por todo el país, y en las semanas siguientes se produjeron diversos incidentes de protesta. La primera dama Eleanor Roosevelt se refirió al hecho y pidió a los estadunidenses que lucharan contra la discriminación racial. El gobernador de California, Earl Warren, formó un comité ciudadano para investigar las causas de los disturbios y, posteriormente, ordenó a los agentes de policía de Los Ángeles que trataran a todos los ciudadanos con respeto.

A partir de ahí el fenómeno fue creciendo hasta generar códigos propios de identificación y resistencia.

En México, la estética pachuca del zoot suit, cuyo más emblemático cultor es el genial Tin Tan, resiste amablemente y su impronta adquiere celebridad en una escena que tiene como epicentro de acción la Ciudad de México y como lugar de culto al Salón Los Ángeles. De esta relación simbiótica trataremos en la próxima entrega ya que se avecina la gran fiesta anual de pachucos y rumberas en el mítico espacio de la colonia Guerrero. Estén pendientes, consulten la cartelera.