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Más de 30 artistas plasmaron el estilo radiante de Gritón en un cruce vial

Convocados por Gustavo Monroy, Demián Flores y Gabriel Macotela, ofrecieron en Insurgentes y Yucatán su visión del legado del pintor

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▲ La diversidad artística fue evidente en cada ángulo de los muros. Abajo, a la izquierda, el maestro Macotela, quien en entrevista destacó la labor comunitaria de Antonio Ortiz; luego, Édgar Dávalos.Foto Jair Cabrera
 
Periódico La Jornada
Domingo 15 de diciembre de 2024, p. 3

A las 11 de la mañana, la dinámica urbana cambió por completo en el cruce entre avenida Insurgentes y Yucatán. Las paredes de un estacionamiento, normalmente grises y desapercibidas, se convirtieron en lienzos vivos, llenos de color, expresión y memoria. Más de 30 artistas se reunieron allí para rendir tributo al pintor y activista Antonio Ortiz Gritón, fallecido el 5 de diciembre pasado a los 71 años.

La esquina, conocida por sus intervenciones artísticas a lo largo de los años, fue el lugar perfecto para este homenaje colectivo. La actividad, organizada por los artistas Gustavo Monroy, Demián Flores y Gabriel Macotela, combinó pintura, performance y música.

Una mujer con guitarra cantó bajo el sol abrasador, mientras otra artista realizó un performance alrededor de una pieza inspirada en Antena para cambiar al mundo, una de las creaciones más distintivas del Gritón. La obra, concebida para transformar la realidad a través de las microvibraciones del color, se convirtió en símbolo de su legado.

Las paredes del estacionamiento fueron divididas en secciones que sirvieron de lienzos individuales. Con herramientas como pintura vinílica, telas, brochas y fotogramas, entre otras, cada artista plasmó su propia visión del Gritón. Entre las imágenes destacaron retratos del artista con micrófono, sus inconfundibles camisas hawaianas, flores brotando de sus manos y frases evocadoras de su filosofía: La acción anarquista para cambiar al mundo.

Gustavo Monroy, uno de los organizadores, destacó el carácter gremial del acto conmemorativo. Su contribución consistió en un plóter con una fotografía de su colega acompañado de la frase: “Gracias, Gritón”. Además, repartió 50 copias de la imagen entre los asistentes. Para Monroy, este mural representa un acto de gratitud hacia quien, más allá de su arte, fue un generador de comunidad y un activista incansable.

Cada artista aportó su lenguaje y discurso. Esto no es sólo un homenaje individual, es un reconocimiento gremial, afirmó Monroy. También subrayó la importancia de distinguir entre las expresiones contemporáneas y la tradición del muralismo mexicano. Para él, las nuevas formas de arte urbano tienen una estética y un propósito social distintos, pero igual de relevantes.

Demián Flores habló sobre el carácter profundamente humano y comprometido de Gritón. Más que un artista, lo describió como humanista, cuya obra reflejaba la conexión íntima entre su pensamiento y su entorno.

El arte no se puede entender si no es como un espejo de lo que uno es”, comentó Flores. Este mural, añadió, es una extensión del homenaje que se realizó anoche en el Museo de la Ciudad de México, pero con enfoque en el espacio público.

La elección del lugar no fue casual. Durante años, los muros de este cruce vial han sido testigos de mensajes artísticos y sociales. En ellos, Gritón participó activamente junto a otros artistas como Gabriel Macotela y Jesús Miranda. Flores recordó cómo esos espacios se usaron para expresar ideas y denunciar injusticias, desde la guerra en Ucrania hasta reflexiones sobre la violencia en México.

Por separado, Macotela destacó la labor comunitaria de Gritón, a quien describió como un hombre querido y comprometido. En su sección del mural, pintó una de las características camisas del homenajeado, reinterpretada de manera abstracta, en honor a su estilo radiante y colorido.

La diversidad artística fue evidente en cada ángulo del estacionamiento. Algunos optaron por retratos figurativos, y otros, por formas abstractas o conceptuales.

Los organizadores reconocieron que los murales, como muchos de los proyectos en los que participó Gritón, tienen una naturaleza efímera. Sin embargo, son actos de cariño y amor. Aunque sean borrados en unas horas o días, el mensaje y la memoria permanecen, concluyó Demián Flores.

En entrevista con La Jornada, Carlos Martínez, originario de Amecameca y autor de un retrato realizado con fotogramas, relató que su primer encuentro con el artista y físico ocurrió en el Faro de Oriente, cuando, junto al maestro Gabriel Macotela, Gritonio –como le decían sus más allegados– ofreció los primeros talleres en ese espacio.

Siempre estuvo dispuesto a apoyar y colaborar. Para él, si no había recursos, no había problema, lo importante era activar, hacer, crear. Eso siempre fue parte de su esencia, indicó.

La artista Paola Galleta presentó una pieza inspirada en Antena para cambiar al mundo, elaborada con una rama seca de árbol como base, para simbolizar la muerte, además de colores vivos que representaban la vida.

“Gritón fue un defensor incansable de los derechos humanos y culturales. Su espíritu y su voz serán eternos”, concluyó.