Doce años después de haber hallado sus restos en una carretera en Cadereyta, Nuevo León, finalmente Osman Vaquedano pudo regresar a casa con su familia en Honduras. El joven es una de las víctimas de la masacre de 2012 en ese municipio, donde fueron encontradas 49 personas decapitadas y desmembradas, varias de ellas migrantes.

Los restos de Osman fueron repatriados el 13 de noviembre pasado, para sumarse a los 18 que se han logrado identificar en más de una década, entre hondureños, nicaragüenses y guatemaltecos, afirmó la organización civil Fundación para la Justicia.

Fabienne Cabaret, directora interina de la fundación, explicó que la identificación de Osman se logró gracias a la Comisión Forense creada en 2013 para conocer la identidad de las víctimas de las tres masacres más emblemáticas de migrantes en México: las de San Fernando, Tamaulipas, en 2010 y 2011, y la de Cadereyta.

Dicha comisión está integrada por peritos de la Fiscalía General de la República y del Equipo Argentino de Antropología Forense, en colaboración con 11 organizaciones civiles y colectivos de familiares de migrantes, que Fundación para la Justicia representa.

En entrevista, Cabaret detalló que de las 19 víctimas identificadas en estos 12 años de la masacre de Cadereyta, 12 son hondureñas, una guatemalteca, cuatro mexicanas y dos nicaragüenses.

En el caso de Osman, explicó que recientemente se logró conocer su identidad porque se tuvo información de que es primo de otra de las víctimas ya identificadas.

Cabaret enfatizó que en el trabajo para conocer la identidad de las víctimas, el gran reto es poder ubicar posibles familias. Actualmente, siguen pendientes de conocer nombre y nacionalidad de 30 personas, seis de ellas mujeres. Sus restos se encuentran en el Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México.

Seguimos trabajando en la identificación; sin embargo, todo esto lleva años, honestamente hay poco apoyo de los gobiernos en esos procesos, me refiero tanto al mexicano como eventualmente al país de origen, en este caso (de Osman) Honduras, manifestó.

La directora interina de la fundación lamentó también que la masacre de Cadereyta siga en la impunidad. Se dio en el contexto de lucha entre grupos del crimen organizado, también con la explotación de la población migrante y con la complicidad o participación de autoridades.