Restan tres carreras para el final de la temporada en la Fórmula 1. Max Verstappen (Red Bull) sabe que en ese tiempo necesita sólo tres puntos más que Lando Norris (McLaren) en el Gran Premio de Las Vegas para asegurar su cuarto campeonato consecutivo. En caso de lograrlo, se unirá a las únicas cinco figuras que tienen en su palmarés al menos cuatro coronas de la máxima categoría del automovilismo. Pero no todo ha sido un camino tranqui-lo durante el último mes.

En uno de los Mundiales más igualados y apretados que se recuerden desde 2019, el duelo entre Verstappen y Norris está llegando a su fin con señales de riesgo para el llamado León neerlandés. El aviso más alarmante de problemas surgió en la segunda práctica del jueves por la noche, cuando el piloto de Red Bull quedó en un desalentador decimoséptimo lugar en comparación con Norris, quien estuvo entre los tres pilotos más rápidos en ambas sesiones.

Red Bull aparentemente llevó el alerón trasero incorrecto a Las Vegas y los datos del GPS mostraron que sus dos coches –incluido el del mexicano Sergio Pérez– eran significativamente más lentos en las rectas con respecto al McLaren y Mercedes, que lideraron ambas sesiones de práctica con Lewis Hamilton. La escudería austriaca dijo que no tiene una pieza de repuesto para solucionar el problema y hay po-cas posibilidades de que consigan que dos sean enviados desde Inglaterra a tiempo.

Pese a ello, Verstappen ha demostrado que la adversidad no es algo que no pueda superar. Lo hizo hace dos semanas en Brasil, donde comenzó en el decimoséptimo lugar en un circuito mojado y lluvioso, y aun así logró ganar su primera carrera desde junio por casi 20 segundos.

El piloto tricampeón mundial, cuyas ocho victorias esta campaña son las menos que ha logrado desde 2020, no ha ganado carreras consecutivas desde Canadá y España en junio. Pero el triunfo en Sao Paulo amplió su ventaja sobre Norris en la clasificación a 62 puntos y el campeonato es suyo, a menos que colapse en las últimas tres carreras.

Solo quiero concentrarme en el fin de semana e intentar tener un buen desempeño. Brasil fue una victoria muy importante para nosotros, pero esto es nuevamente muy diferente, dijo el neerlandés, quien ganó el Gran Premio inaugural de Las Vegas el año pasado.

Norris lo tenía todo para dar otro mordisco importante, pe-ro se conformó con un sexto puesto que supo a poco o nada después de ganar la pole. Ahora Verstappen será campeón si sale de Las Vegas por delante del piloto de McLaren en cualquier posición. Este fue casi un momento definitorio para el campeonato. Las puertas están casi cerradas, asumió el británico.

Aun así, McLaren se aferra a una ventaja de 36 puntos sobre Ferrari en la batalla por el campeonato de constructores, un título que vale un bono estimado de 150 millones de dólares. La escudería naranja ganó esa corona por última vez en 1998, mientras el Cavallino Rampante en 2008.

Verstappen, mientras tanto, es consciente de que su cuarta corona está muy cerca, lo que lo pone a la altura de dos leyendas, como el francés Alain Prost (1985, 1986, 1989, 1993) y Sebastian Vettel (2010, 2011, 2012, 2013). En otro renglón está Lewis Hamilton, quien ganó su primer título en 2018 y arrasó con seis coronas más en un periodo de siete años, cuando se pasó a Mercedes.

Hamilton rompió barreras en el automovilismo al ser el primer piloto y primer campeón afrodescendiente en la Fórmula 1. Aprovechó su altavoz para posicionarse en muchas cuestiones sociales a la vez que se convertía en una fuerza insuperable en los circuitos.

Ayer, después de la segunda sesión de ensayos libres, el mexicano Sergio Pérez mostró su molestia por el intenso olor a mariguana a lo largo del circuito callejero de Las Vegas. Lo que sí se nota muchísimo alrededor del circuito es el olor a mariguana durante todas las horas de toda la noche. Entonces ya estoy un poco cansado, es increíble la cantidad, reprochó.