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Legado de Alfonso Reyes, a la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

La UANL entregó un manuscrito original sobre la Ilíada, de Homero

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▲ El rector de la UANL deposita el documento en la bóveda del Instituto Cervantes, mientras observa Luis García Montero.Foto Armando G. Tejeda
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 19 de noviembre de 2024, p. 4

Madrid. El intelectual y escritor mexicano Alfonso Reyes, uno de los grandes pensadores del siglo XX, escribió un manuscrito de puño y letra sobre su forma de entender y de abordar uno de los grandes textos clásicos de la historia universal, la Ilíada, de Homero.

Ese texto original, con las hojas amarillentas por el paso del tiempo, fue depositado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes, bóveda acorazada que resguarda objetos, libros, escritos y recuerdos de algunos de los grandes autores y literatos de Iberoamérica, como Rubén Darío, Gabriel García Márquez, Juan Ramón Jiménez, Fernando Fernán Gómez, José Saramago, Federico García Lorca, María Zambrano, Luis Cernuda, Ernesto Cardenal, Ramón López Velarde y José Emilio Pacheco, entre otros.

La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) es la responsable de resguardar el valioso acervo que dejó Alfonso Reyes (1889-1959) tras su muerte, que cuida con celo en la Capilla Alfonsina.

Santos Guzmán López, rector de esta casa de estudios, la segunda más importante y grande del país después de la Universidad Nacional Autónoma de México, viajó a Madrid para entregar un legado que servirá además de recordatorio del estrecho vínculo intelectual y biográfico que tuvo Reyes con España y con Madrid, donde pasó largas temporadas y mantuvo un intenso diálogo intelectual, filosófico y literario con algunos de los grandes autores españoles de su época.

En el acto de entrega del legado, además del rector Guzmán López, estuvo el director del Instituto Cervantes, el poeta español Luis García Montero; ambos relataron el origen de esta nueva entrega a uno de los centros de culto de la memoria de la literatura. En una visita del rector de la UANL a la sede central del Cervantes terminaron el recorrido en la Caja de las Letras, con sus cubículos dorados y todos esos nombres de autores destacadísimos. Ahí plantearon la urgencia y necesidad de que Alfonso Reyes también tuviera su espacio; a partir de ahí se inició la selección del material y la preparación de todos los documentos y asuntos legales y burocráticos para hacer la entrega.

García Montero, en su calidad de anfitrión de la recepción, explicó que este legado supone un recuerdo emocionante de la figura del filósofo mexicano, quien dejó una huella muy importante en la historia cultural de ambos países y en la mejor memoria de la comunidad hispanohablante.

El rector Santos Guzmán señaló que las palabras tienen el poder de transformar el mundo y Alfonso Reyes logró tender puentes entre América Latina y Europa, así como entre la tradición y la modernidad. Hoy, el espíritu de Reyes viaja nuevamente como lo hizo en vida para enriquecer nuevos horizontes: su obra sigue siendo un faro luminoso para la cultura universal.

El legado fue depositado en la caja número 1633, y consiste en el manuscrito original Breve comentario de la Ilíada, escrito de puño y letra por el pensador mexicano y con el que obsequió a su amigo y escritor Pedro Guillén. Este documento expresa sus opiniones sobre la obra de Homero hasta los nueve primeros cantos, e incluye algunos dibujos.

El acto contó además con un breve coloquio en el que participaron Raquel Caleya, directora de Cultura del Cervantes; Alberto Enríquez, ganador del Premio Internacional Alfonso Reyes 2024; Víctor Barrera, director de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria de la UANL, y José Javier Villarreal, secretario de Extensión y Cultura de la UANL. En representación de la embajada de México en España acudió el director del Instituto Cultural de México, Jorge Arturo Abascal.

Barrera, uno de los máximos expertos en la obra de Alfonso Reyes, explicó que en ese manuscrito sobre la Ilíada se recupera la prosa ensayística de Reyes “en todo su esplendor, con análisis, reflexiones y evocaciones de un texto que admiraba. Pues él siempre decía que en Homero no hay vacilaciones ni movimiento alguno que, iniciado, no llegue hasta el fin de sus consecuencias: tenía un magistral manejo de la historia.

Para Reyes, Homero desdeñaba el relleno de sicología y descripción, ese mal congénito de la novela. Así que este manuscrito muestra el proceso de apropiación que el escritor hace de Homero y es una radiografía de sus estudios, en lo que supone una breve instantánea de la prosa alfonsina.