Buenos Aires., El presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien llegó a Buenos Aires junto con su esposa, Briggite, visitó ayer por la mañana la emblemática iglesia de la Santa Cruz, donde rindió homenaje a las monjas Leonie Duquet y Alice Domon, secuestradas con tres madres fundadoras de la Plaza de Mayo y otras cinco víctimas desaparecidas durante la dictadura militar (1976-1983), acompañados por familiares y el Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.

Una ofrenda floral fue colocada en la parte del jardín que rodea a la iglesia y donde están las cenizas de Duquet, las madres Azucena Villaflor, Esther Ballestrino de Careaga y María Ponce de Bianco, detenidas, torturadas y asesinadas el 8 de diciembre de 1977, cuyos cadáveres fueron encontrados años más tarde –fueron enterrados como NN– en pueblos de la costa atlántica por los vecinos y que recién en 2004 fueron identificadas por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Tanto Pérez Esquivel como familiares de las madres, entre ellas Ana María Careaga, hablaron con Macron, cuya esposa, Briggite, se vio muy emocionada.

Careaga explicó al mandatario la política de derechos humanos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, las víctimas sobrevivientes y los familiares por Verdad, Memoria y Justicia, que encontraron un método creativo de lucha y conformaron un pacto civilizatorio y lograron la condena de los autores materiales en juicios justos por los crímenes de lesa humanidad que cometieron.

Los familiares de víctimas expresaron también su preocupación por el intento de desmantelamiento de los centros clandestinos de detención y exterminio, y otras medidas que implicarían un enorme retroceso.

Diputados de la gobernante La Libertad Avanza (LLA) están tratando de liberar a los condenados por esos crímenes y los visitaron en la cárcel de Ezeiza. A la cabeza de los detenidos estaba el ex capitán de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) Alfredo Astiz, quien siendo muy joven se infiltró en las reuniones de las madres, en 1977, haciéndose pasar por víctima y el 8 de diciembre de ese año señaló con un beso a las madres y las otras personas que fueron secuestradas y desaparecidas por sus compañeros del criminal grupo Tarea de la Armada, quienes las torturaron, y luego aún con vida las arrojaron al mar en los vuelos de la muerte.

La visita a la iglesia fue organizada por el embajador francés en la Argentina, Romain Nadal, y los analistas consideran que la presencia de Macron en el lugar es un mensaje para los familiares y las luchas por mantener la memoria, la verdad y la justicia, que están bajo un intenso ataque del actual gobierno ultraderechista.

Más tarde, el presidente Javier Milei se reunía con Macron en la Casa Rosada, llegaron familiares y amigos de franceses desaparecidos con carteles escritos en su idioma exigiendo al mandatario argentino dejar de atacar a los organismos de derechos humanos.

Durante el encuentro entre ambos mandatarios quedaron en claro diferencias en temas como el cambio climático, que Milei atribuye a una construcción de los izquierdas, negando las advertencias sobre la destrucción del medio ambiente.

Macron sostuvo que dejó claro a su par argentino que su gobierno no firmará el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur tal como está y pidió renegociarlo hasta encontrar un marco aceptable para todas las partes. Dijo haber constatado que hay varios países del bloque sudamericano que no están satisfechos con este pacto”.

Milei está abiertamente en desacuerdo con el acuerdo y con el funcionamiento del Mercosur, en una posición decididamente contraria a la mayoría de países de América Latina.

La preocupación de Macron es que el acuerdo con el Mercosur sea muy malo para Francia y para nuestra agricultura, mostrando preocupación por la llegada de carne tratada con hormonas y antibióticos, y otros productos que no respetan los mismos criterios europeos.

El gobernante francés también habló con Milei sobre posibles inversiones en la explotación del litio, el avance en contratos de defensa, y sobre sus divergencias. A su vez, Milei le habría confirmado la posibilidad de abandonar el Acuerdo de París sobre el clima.