Acercar a los niños y jóvenes a la música es necesario para su crecimiento síquico y personal, sostuvo un asistente al concierto de la mexicana RoManush Gypsy Jazz Band, que tuvo lugar en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) ayer al mediodía.

El asombro, goce y expansión mental que produce el considerado género musical más libre, el jazz, marcó, a decir del público, la presentación de poco más de 70 minutos, que se realizó como parte de la edición 27 del Festival Eurojazz, que concluirá el 24 de noviembre.

En el concierto, que se transmitió en vivo desde la plataforma Interfaz.cenart.gob.mx como el resto de las presentaciones del festival, RoManush Gypsy dio muestra de su jazz gitano (conocido también como jazz manush, por su origen francés), donde mixtura la herencia parisina y las melodías gitanas con el swing.

La banda integró en esta presentación a Verania Luken, David Puente Rivas, Miguel Amín, Gerardo Olivares Valdés, Hernán Alonso Sánchez, Gastón Artigas y Marques Lap.

Poco antes de iniciar el concierto, la fila de personas esperando acceder era de casi 200; al final, fueron alrededor de 3 mil. Familias con pequeños de unos cinco años y adultos mayores, algunos en silla de ruedas.

El sonido del acordeón, con su cálida evocación, y el del clarinete juguetón, y luego el de las cuerdas, rápidamente permitió imaginar una historia nacida del paso por ciudades y el contacto con pueblos y tradiciones sonoras. ¡Guau!, fue la expresiva reacción de un hombre en silla de ruedas cuando tuvo contacto con el ritmo y la vista del escenario.

Los músicos contaron que el jazz manush es muy popular, y dedicaron el concierto a toda la bella comunidad de gitanos de México. Aplauso para ellos y ellas, pidieron, así como: Digan no a la violencia.

Entre el público, Alejandro Medina contó a La Jornada que viajando por el mundo ha acudido a festivales similares, y que le parece excelente el Eurojazz de nuestro país: me encanta la idea. Expande el intercambio musical, abre las mentes.

Sobre la propuesta artística de ayer, compartió que le gustó mucho. El hombre, acompañado por su nieto de unos cinco años, destacó que acercar a los niños y jóvenes a la música es muy importante para su desarrollo.

Los integrantes de RoManush Gypsy Jazz Band explicaron que el pueblo gitano ha pasado por muchos lugares del mundo, y que por igual han sido bien y mal recibidos, pero de su trasiego generaron este ritmo. Las músicas viajeras se conectan, y eso es bueno, es lo rico de las músicas auténticas que se dan en ciertos puntos. Interpretaron piezas como Tren 740, Esperanza y otras que incitaban la cadencia de los presentes.

El jardín del Cenart se convirtió en un espacio informal de baile, charla y pícnic familiar; con los ojos cerrados disfrutaban del concierto y de la estimulación vocal e instrumental de la banda de jazz manush. Aplaudían llevando el ritmo mientras se escuchaba el romaní.

Por su parte, Alejandro Gutiérrez dijo a este diario que ha venido con su familia en tres ediciones, y que le gusta mucho. Su hijo, apasionado de la música, es un asiduo y ahora vino con compañeros de su universidad a quienes no les gusta el jazz, pero ésta es una buena forma de que la juventud se vaya aficionando a la música. Puntualizó que ésta nos permite convivir y estar con la familia. No cambiaríamos nada de este encuentro.

Durante la cuarta jornada del Eurojazz se presentó la agrupación española L’Exotighost, a las 17 horas. El cuarteto integrado por Javier Díez Ena, Juan Pérez Marina, María Arranz y Ricardo Moreno tiene una propuesta artística que conjunta misterio, fuerza y delicadeza.

En el escenario, la cantante y compositora Verania Luken asumió el lugar protagónico. Contó: estoy muy feliz de estar aquí, alegre complacida en mi primera vez en el Eurojazz. Enseguida interpretó los temas Dream of You y Blue Drag, de Freddy Taylor.

Los asistentes disfrutaban desde sus sillas portátiles, bancos, mantas, tapetes o prendas que usaban para sentarse en el pasto. Muchos se descalzaron y conectaron con el libre jazz manush de la tarde de ayer bajo el sol claro y el día caluroso, entre árboles frondosos.

En este punto llegó la conclusión del concierto. “Nos avisan donde será el after”, dijeron los músicos. No podían dejar pasar la oportunidad y ante el pedido de una rola más, respondieron: ¡Pero van a bailar! Y el público se levantó inmediatamente y respondió animado. Bailó y cantó entusiasmado. Giraban los hombros, levantaban las piernas y crearon una pequeña polvareda al sonido del violín y las demás cuerdas, del acordeón incluso.

Tras el último acorde, Tess Huit-zil comentó su gran satisfacción en este concierto. Hoy estuvo mejor que ayer, sostuvo. Ensalzó el ambiente familiar que cada edición se vive en este encuentro. Nos da el espacio, la sensación, de que podemos sentirnos mejor que en casa. La música contagia y anima.

Por otra parte, la también músico Sofía de León refirió que le gusta mucho el swing, sobre todo el más clásico, y tenía interés en ver en acción a la RoManush Gypsy Jazz Band, por ser mexicana. “No sé si el público es muy conocedor, pero respondió superbién; sí prendieron”.

A la salida, las personas caminaban lentamente, conversaban y destacaban lo que les gustó; iban como en una alucinación colectiva. Se retiraban a su vida, quizás un poco más contentos tras el jazz de este domingo.

El Festival Eurojazz contará el sábado 23 con la presencia del italiano Michelangelo Scandroglio Quintet, a las 13 horas, y el Wojtek Mazolewski Quintet, a las 17 horas. El domingo cerrará con la participación del Bágyi Balázs New Quartet (13 horas) y de Países Bajos, Fuensanta (17 horas).