El poemario Primaveras integra textos “que nacieron en el tapete de yoga” y fueron publicados debido a “la necesidad de encontrarnos, de revincularnos, de mostrar que hay algo” ante los males de la salud mental que están afectando nuestro físico y relaciones, expresó Magdalena Pérez Selvas, autora del texto publicado de forma reciente por Pupila Dilatada Ediciones.

En entrevista con La Jornada, la poeta sostuvo que el título es resultado de una encrucijada personal en la que dejó “imágenes, autores, hábitos, estilo de vida y en la que todo se está transformando y tiene un impacto profundísimo en quienes escribimos, porque uno sigue expresando, escribiendo, pero de qué”.

Pérez Selvas (Ciudad de México, 1986) recibió la sugerencia de su maestro budista de que escribiera de su práctica espiritual. Los poemas surgieron de ahí: “empecé a expresarme de manera muy orgánica, muy natural, y después me di cuenta de que ya tenía varios. Ahí vino la otra parte de preguntarme si los publicaría.

“Es un momento en el que un montón de gente está atravesando cuestiones de salud mental, estrés, fatigas; búsquedas que están teniendo por diferentes caminos, no necesariamente el que narro aquí del yoga o del budismo; el punto es que detecto que hay mucho de esto, incluso en los jóvenes universitarios”, expresó la editora del periódico estudiantil ¡Goooya!

El texto nació de “una experiencia y una autoobservación totalmente personales”, pero la publicación responde a “otra cruzada que puede encontrar la escritura, porque a mí me removió todo. No nada más escribir por escribir, porque quiero expresarme y creo que tengo algo que compartir, sino sobre cómo la escritura puede vincularnos y servir a los demás”.

Magdalena Pérez dijo que el libro y sus poemas se originaron en “cosas que aprendí con mis maestros que tenían impacto en mí; también, de mucho detenimiento, observación y silencio, por eso describe mucho la naturaleza, no estar tan conectada a las redes, a las pantallas, sino más bien salir y observar. Los escritos están en su mayoría sin editar. No quería meterle demasiada mano, ni mente ni ego”.

El poemario Primaveras se refiere al nacimiento, al florecimiento, y deviene de una sensación que tuvo durante el encierro en la pandemia pasada. “Después viene mi camino y experiencia, donde la metáfora es el florecimiento. Pasamos por todas las estaciones como seres humanos, compartimos ciclos con la tierra y el todo, hay momentos de desprendimiento, descanso, recogimiento, frío, oscuridad, pero también de florecimiento y calidez.

“No sé por qué la filosofía occidental nos ha acostumbrado al lado de la angustia existencial. Siento que el existencialismo alemán nos permeó durísimo, pero también está el lado luminoso. Entonces elegí la estación por eso, porque este poemario narra ese lado de la mente, sin negar que está también el otro.”

La también narradora mencionó que el poemario contiene algunos títulos en sánscrito, “que describen algunas cosas que en Occidente no tenemos. Eso puede ser muy interesante, porque quiere decir que del otro lado del mundo lo nombraron hace miles de años, y falta que lo recordemos, que es un poco la práctica de yoga: evocar tu interior y tu lado divino”.

Pérez Selvas concluyó: “cuento mi experiencia ‘de despertar’”.