La tercera jornada de la 42 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (Filij) transcurrió como un ámbito de ilustraciones, música, la belleza de la narración y la poesía habladas, pícnics familiares y bicicletas en la primera sección del Bosque de Chapultepec.

El espacio fue de enorme bullicio en un domingo soleado. Centenares de personas recorrían el pasillo lineal donde se instalaron las carpas de editoriales e instituciones participantes en el encuentro libresco, que concluirá el 18 de noviembre y desarrolla un programa con más de 220 actividades, entre presentaciones editoriales y artísticas, talleres y narración oral.

Al mediodía ya se podía ver, por ejemplo, a una adolescente saliendo absorta en el título ilustrado que había adquirido, mientras transitaba los senderos arbolados del bosque. Un poco más allá, padres llevando a sus hijos a los más de 70 estands en la calzada conocida como La Milla.

La Filij tiene los foros Gabriela Mistral, Mary Shelley, Karla López, Pascuala Corona y, el principal, Amparo Dávila, así como espacios con talleres y cuentacuentos. Ayer se presentaron los libros Antonia y las mariposas vampiro, de Alejandra Camposeco; Flores de mi barrio, de Ángel Uriel López Pérez, y Polirritmia Segunda Rapsodia: Cuarentena, de Ricardo Rosales de Paula, entre otros. Se efectuó también el recital Música paisaje sonoro de la montaña, a cargo del Ensamble Xtá ridà.

En el espacio Gabriela Mistral dos jóvenes escribían poemas mientras los niños proponían los temas y palabras. Uno de ellos dedicó el texto a su abuelita: “Te quiero dos Bosques de Chapultepec”. Otro se inspiró en su maestro de matemáticas, con “gratitud a paso pasito, cuando explica el conocimiento”.

Más adelante, una comparsa integró a menores visitantes para que tomaran algunos instrumentos de percusión y encabezaran la presentación musical. Recibieron el aplauso repetido de los concurrentes.

La compañía Bomba Teatro se presentó al mediodía en el foro Amparo Dávila con el vistoso y vibrante espectáculo Del tingo al tango. Llenaron el recinto abierto e incluyeron en su divertida escenificación a chicos y grandes. Los niños bailan y se divierten y los adultos se vuelven niños y comparten esa alegría.

Uno de los encargados del pabellón del Fondo de Cultura Económica (FCE), José Luis Rodríguez, comentó a este diario que la asistencia de este domingo a la Filij superó a la del sábado pasado. Aunque apenas es el inicio, comentó que ve muchas personas y aventura que se relaciona con la entrada en funcionamiento de la línea 3 del Cablebús. Destacó que en esta ocasión el espacio es más accesible, pues se organizó para que cupieran carriolas y sillas de ruedas.

Sostuvo que el ambiente está animado, pues el tiempo es muy bueno. Sobre los ejemplares más vendidos en ese sello, refirió que son los dedicados a lectores pequeños y jóvenes, los de las colecciones clásicas del FCE y los de las más nuevas, como la de Espectrográficas.

Frente a una de las carpas, un niño sentado en el piso quita con los dientes el plástico a su libro. Lo desenvuelve expectante y luego le cuenta a su hermana. Se concentran en sus ejemplares. El padre de ambos, Paulino Fontes, destacó la importancia de la Filij para fomentar la lectura en los niños. Refirió que es la segunda vez que acuden a la feria y que desde la primera vez le gustó, por el espacio y lo que ofrece. Contó que a sus hijos les gustan los cómics y las historias ilustradas de terror infantil. “En el FCE los precios son más accesibles”.

Frente a las grandes letras que identifican la Filij, los niños se fotografían, algunos muestran los ejemplares que les compraron, con gozo y orgullo. Así transcurrió el día soleado de libros.