Urgen millones de dólares para atender poblaciones remotas, indica la entidad
Sábado 9 de noviembre de 2024, p. 19
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó ayer que 2024 se encamina a convertirse en el más cálido de la historia, al tiempo que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destacó que en Brasil, Colombia y Perú, países de la región amazónica, sufren afectaciones por el calentamiento que ya dejó a cientos de miles de personas, incluidos más de 420 mil niños, sin educación, alimentos y otros servicios básicos.
La OMM y sus socios nos dicen que este año va camino de ser el año más caluroso jamás registrado, declaró el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien también agregó que la humanidad está incendiando el planeta y pagando el precio
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El análisis de la temperatura mundial abarca de enero a septiembre de 2024 y se basa en seis conjuntos de datos internacionales los cuales proporcionan una evaluación precisa de la temperatura.
La sequía sin precedente que azota desde hace un año la región amazónica provocó que los ríos registren niveles mínimos devastadores
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El reporte de Unicef indica que en 14 comunidades del sur de la amazonia brasileña, la mitad de las familias afirman que sus hijos no van a la escuela a consecuencia de la desecación, donde más de mil 700 escuelas y más de 760 centros de salud cerraron o son inaccesibles debido al bajo nivel del agua.
En el lado colombiano, la profundidad de los ríos disminuyó hasta 80 por ciento, lo que restringió el acceso al agua potable y al suministro de alimentos, además de provocar la suspensión de las clases presenciales para los niños en más de 130 escuelas.
En Perú, la región nororiental de Loreto es la más afectada por el estiaje, que pone en peligro a asentamientos humanos remotos, en su mayoría habitados por indígenas ya vulnerables. Además, la escasez de alimentos derivada del cambio climático aumenta el riesgo de malnutrición, retraso del crecimiento y muerte infantil, sobre todo en los menores de 5 años, mientras la escasez hídrica puede provocar un acceso más precario a redes de saneamiento y de salud, con el consecuente aumento de las enfermedades infecciosas, muchas de ellas mortales.
Las investigaciones también dejaron al descubierto que las embarazadas que padecen los efectos de las sequías tienen más probabilidades de que sus hijos tengan bajo peso al nacer.
Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, afirmó: estamos siendo testigos de la devastación de un ecosistema esencial del que dependen las familias y que durante siglos ha albergado valiosos recursos naturales
, y añadió que se deben mitigar los efectos de las crisis climáticas extremas con el fin de proteger a los niños de hoy y a las generaciones futuras
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Unicef concluyó que se necesitan 10 millones de dólares durante los próximos meses para atender necesidades más urgentes
de las localidades que más sufren las sequías, incluyendo la distribución de agua y otros recursos, así como la movilización de brigadas sanitarias y el fortalecimiento de la resiliencia de los sistemas comunitarios y los servicios públicos.