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“Filmamos No Other Land con el fin de que dejen de destruir nuestras tierras”

Documental realizado por un palestino y un israelí se estrenará en Europa // Buscan distribuidor en EU

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▲ Basel Adra y Yuval Abraham, en una foto de la Berlinale
 
Periódico La Jornada
Martes 5 de noviembre de 2024, p. 8

Nueva York., Basel Adra, palestino, y Yuval Abraham, israelí, pasaron cinco años filmando una película que retrata la vida diaria en la aldea de Adra bajo la ocupación israelí. El resultado es No Other Land, que ha sido aclamado como uno de los documentales más poderosos del año y ha ganado premios en festivales internacionales.

También ha generado controversia, provocado amenazas de muerte para sus creadores y, a pesar del reconocimiento, sigue sin distribuidor en Estados Unidos.

Esta semana se estrenará en Francia y la próxima en Reino Unido. Ya se ha vendido en muchos países. Los realizadores creen que la incapacidad de encontrar un distribuidor en Estados Unidos se debe a razones políticas, debido al clima electoral.

Tal vez tienen miedo de ser desfinanciados si gana Trump, dice Abraham en una entrevista desde París junto a Adra. Basel arriesgó su vida durante años, desde que era un niño pequeño, para filmar este material. Eso requiere mucho coraje. ¿No podemos tener un distribuidor con el valor de correr cierto riesgo para distribuir un documental tan aclamado y tan importante?, pregunta.

No Other Land comenzó mucho antes de la guerra en Gaza. Se cuenta en gran parte desde la perspectiva de Adra, quien nació en Masafer Yatta, una colección de aldeas en Cisjordania ocupada.

La zona, una región montañosa al sur de Hebrón, ha sido durante décadas sitio de protesta contra el gobierno israelí, que ordenó a los palestinos desalojar para un campo de entrenamiento militar.

En 1980, el ejército israelí declaró Masafer Yatta campo de fuego y cerró el acceso. Dijeron que los residentes sólo usaban el área parte del año y no tenían estructuras permanentes. El padre de Adra era un activista comunitario y Adra tenía cinco años cuando su madre lo llevó por primera vez a una manifestación.

Tras una decisión judicial de 2022, el ejército estableció puestos de control y demolió estructuras comunitarias, incluida una escuela. “Una cámara –dice Adra– se convirtió en la única herramienta, además de nuestra firmeza”. Capturó las demoliciones de hogares, los encuentros violentos con colonos israelíes y el efecto continuo que la lucha ha tenido en los aldeanos.

El documental se filmó entre 2019 y 2023. Es un retrato a largo plazo y en el terreno de las realidades de la vida bajo la ley militar israelí. Las familias son desarraigadas, los niños crecen en la pobreza y la gente muere, pero sus creadores nunca imaginaron cuán peor podrían ponerse las cosas.

Paradoja del éxito

Realizada por un colectivo palestino-israelí (los otros dos directores son Hamdan Ballal y Rachel Szor), No Other Land terminó de filmarse en octubre de 2023.

Veo las noticias los últimos días, cientos de personas en Gaza muriendo, rehenes israelíes también, masacres todos los días, sin parar, dice Abraham, un periodista judío del sur de Israel. Estamos aquí mostrando una película en cines con aire acondicionado. Hay una gran disonancia en participar en festivales cuando nada es festivo y todo está empeorando.

La guerra en Gaza ha alterado inevitablemente el paisaje para No Other Land, que combina la realización de documentales y el activismo para poner un rostro humano al sufrimiento palestino. Ha ganado premios en Berlín, Suiza, Vancouver y Corea del Sur, pero para Adra, poco de eso importa.

“Hicimos esta película para no perder Masafer Yatta, para no perder nuestras casas –afirma–. Es muy exitoso para la película, pero cuando vuelvo a la realidad, está empeorando, así que hay conflicto en mi mente. La película está teniendo éxito y publicidad, la gente quiere verla, pero no ayuda a lo que sucede en el terreno. No cambia nada”.

No Other Land se vio envuelta en controversia poco después de su debut en febrero en el Festival de Cine de Berlín. Mientras aceptaba el premio al documental, Adra habló sobre la dificultad de hacerlo cuando hay decenas de miles de mi gente masacrada, y masacrada por Israel en Gaza. Abraham pidió el fin de la ocupación de los territorios palestinos.

En Alemania, donde hay gran sensibilidad hacia cualquier declaración antiisraelí, numerosos políticos criticaron a los cineastas por no mencionar a las víctimas israelíes ni a Hamas.

Abraham, quien dice haber recibido amenazas de muerte, estaba enfurecido por la respuesta. Como descendiente de víctimas del Holocausto, cree que etiquetar la crítica a las políticas israelíes de antisemita vacía la frase de significado. Llamamos a la igualdad entre ambos pueblos, a poner fin a la ocupación. Hablamos de lo que vemos como las raíces políticas de la violencia que existe en nuestra tierra. Para mí, este es el mensaje más importante que puede haber, dice Abraham.