En el pasado sexenio disminuyó la cobertura en educación media superior, pues una tercera parte de los jóvenes en edad de cursar este nivel no ingresó al bachillerato y alrededor de 9 por ciento desertaron en algún momento de sus estudios.

En consecuencia, la propuesta del gobierno de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, representa simples parches que apenas lograrán revertir el retroceso, advirtió el especialista del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM, Juan Fidel Zorrilla Alcalá.

Sin embargo, otros académicos vislumbran que con la desaparición del examen único de la Comisión Metropolitana de Instituciones Públicas de Educación Media Superior (Comipems) se otorgarán más lugares a jóvenes, ya que no serán excluidos.

Durante el seminario 100 compromisos para el segundo piso de la transformación, Zorrilla Alcalá lamentó que a 12 años de que se estableció la obligatoriedad del bachillerato en el país, es fecha en que más de 33 por ciento de los adolescentes de 15 a 18 años no lo están cursando, ya sea porque no han concluido la secundaria o porque no lograron ingresar a una escuela apropiada a sus necesidades.

Lo grave, alertó, es que quienes no cursaron la educación media superior están condenados en su propia generación a estar en los niveles más bajos económicamente, y probablemente sus descendientes también.

Señaló que el gobierno actual tiene el mérito de identificar el reto, pero hacerlo efectivo es lo complicado porque no sólo es conseguir el ingreso a éste nivel educativo, sino lograr la permanencia de los jóvenes, ya que no es suficiente con que lleguen, sino que se mejore la eficiencia terminal que actualmente es muy baja. Detalló que menos de la mitad de las últimas generaciones completaron este grado de estudios.

No obstante, Daniel Cobos Marín, becario posdoctoral del IISUE, celebró la eliminación del examen único del Comipems en la zona metropolitana del valle de México, pues prevé que aumentará la cobertura y poco a poco se alcanzará la obligatoriedad en ésta área tan poblada del país.

Reconoció que de 2012 a 2019, hubo un aumento sostenido de 2 por ciento de nuevos estudiantes en la educación media superior, lo que se tradujo en una cobertura de 61.7 por ciento en el territorio nacional, pero desde entonces no ha subido y por ello no se ha logrado la universalización. Por tanto, consideró que al eliminar la prueba de ingreso al bachillerato se ampliará la matricula escolar y dejará de ser un cuello de botella, porque los jóvenes en desventaja social tendrán la posibilidad de ingresar a un plantel sin tener que ser sometidos a un ejercicio estandarizado.