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México, SA

EPN y Margarita Ríos Farjat // Sigue la desbandada // Lodo para los reyes

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▲ Magistrados y trabajadores del Poder Judicial participaron el 31 de octubre en una manifestación frente al Senado de la República con motivo de la declinación de los funcionarios a participar en la elección de personas juzgadoras.Foto Cristina Rodríguez
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arece que ciertos personajes de la arrebatada cúpula judicial extrañan la filosofía de Enrique Peña Nieto, o cuando menos de ella abrevaron, y todavía lo presumen. Muchas fueron las frases célebres del hoy residente en España –uno de los tantos políticos mexicanos protegidos por la derecha de aquel país–, pero todo indica que a la ministra Margarita Ríos Farjat le caló hondo una en especial, relativa a la corrupción.

Durante su sexenio, el copetón dijo estar convencido de que la corrupción en México es una debilidad de orden cultural, y como lo era, según él, toda su pandilla (funcionarios, políticos, empresarios y amigos del régimen) dio rienda suelta a tal concepto para saquear al país. Y lo dijo uno de los ex mandatarios más incultos, pero con los colmillos muy bien afilados.

Pues bien, en días pasados la ministra Ríos Farjat tácitamente reivindicó lo dicho por Peña Nieto y se aventó al ruedo mediático para defender su idea sobre la reforma judicial (que hoy forma parte de la Constitución): “Las expectativas de que va a combatir la corrupción… vamos a dejar de ser humanos y de estar en el planeta Tierra, y lo digo muy respetuosamente; creo que nada en este planeta está alejado de ser susceptible a contaminación; al contrario, se abren espacios para mayores corrupciones, no previstas, no imaginadas; la reforma puede complicar las cosas y es poco responsable”.

Así es. Para Peña Nieto la corrupción es algo cultural, enraizado en el pueblo mexicano, y para Ríos Farjat resulta inhumano y extraplanetario no ser corrupto. Y se trata de un ex inquilino de Los Pinos y de una ministra (que presentó su renuncia adelantada) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Y la más reciente manifestación pública de Ríos Farjat va de la mano de otra de sus declaraciones (agosto pasado): Claro que existe corrupción (en el Poder Judicial), porque es una institución humana; aquí no se llama al engaño a nadie, ergo, es normal, toda vez que ese poder del Estado, al que pertenece, es humano y está en el planeta Tierra.

Mientras la ministra no ceja en su empeño de elevar sus concepciones filosóficas en materia de corrupción, los ojos están puestos en el proyecto que mañana presentará y defenderá el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el objetivo de tumbar (toda o en su parte toral; él le llama depuración) la reforma judicial que ya forma parte de la Constitución, en una intentona golpista abiertamente ilegal.

Este personaje, como los otros integrantes de la pandilla judicial, no acepta tal legislación, pero de ella cómodamente aprovecha algunos elementos que le permiten blindarse en caso de que su esfuerzo no corone. Por ejemplo, el relativo a garantizar sus haberes de retiro y su jugosa pensión, para lo cual presentó su renuncia adelantada –tal cual lo hicieron sus socios–, como lo establece la ley que rechazan. Esa parte sí la acepta, pero el resto no. Ante todo, congruencia (enfermos de poder y manipuladores, califica la visitadora judicial del Consejo de la Judicatura Federal, Carolina Villagrán Salinas).

Y sigue la desbandada en el Poder Judicial (en la mira, haberes de retiro y pensiones doradas). La Jornada (Andrea Becerril, Gustavo Castillo y Fabiola Martínez) informa que de los mil 559 jueces y magistrados del país en activo, 820 declinaron participar en la elección de junio de 2025, de acuerdo con información del Senado de la República. La cifra de quienes decidieron no contender supera los 721 seleccionados, vía insaculación, para ir a las urnas en el proceso extraordinario del próximo año, en el que, por primera vez en la historia del país, los cargos de juzgadores se definirán con el voto popular.

Entre aquéllos, aparecen los responsables de conceder cientos de amparos para frenar la reforma judicial (como Nancy Juárez, que encarcelará a la presidenta Sheinbaum), impartidores de justicia dedicados a liberar narcotraficantes y a todo tipo de delincuentes, incluidos los de cuello blanco.

Pero, serenos: sólo es una debilidad de orden cultural, humana y de este planeta.

Las rebanadas del pastel

En Paiporta, Valencia, a pulso se ganaron el recibimiento de la población devastada por el fenómeno meteorológico: al grito de ¡asesinos! y exigiéndoles su dimisión, los reyes de España y el presidente Pedro Sánchez fueron bañados con lodo y sonoras mentadas de madre, porque los señoritos se dignaron visitar la zona destrozada cinco días después de la tragedia y apenas se animaron a enviar ayuda oficial, si llega. Eso y más merecen.

X: @cafevega