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Genaro García Luna, 38 años // Calderón, siguiente en la lista // Industria del jabón, en jauja

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a condena no fue la esperada (perpetua), pero Genaro García Luna, secretario calderonista del Narcotráfico, permanecerá encarcelado 38 años y algo más, y si la vida le alcanza (entonces tendría 92 años) de ella saldría por allá de 2060, aunque, si la autoridad judicial estadunidense lo considera aplicable debía restarse el lustro que ha permanecido en cana desde su captura y detención en 2019 (por cierto, aunque parezca increíble, para ese momento los mexicanos seguirán pagando el Fobaproa). Además, debe cubrir una multa por 2 millones de dólares. Sin pretextos, el siguiente debe ser Felipe Calderón.

Ayer, esa fue la decisión del juez Brian Cogan para el confidente y mano derecha de Felipe Calderón; éste, si la justicia fuera justa, debería compartir sentencia y prisión con García Luna, un ingeniero mecánico egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana que meteóricamente escaló de agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) a agente y directivo de la Policía Federal Preventiva, director de la Agencia Federal de Investigación (AFI, creación de Vicente Fox), secretario calderonista del Narcotráfico y socio de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, y contó con todo el apoyo, reconocimiento y algunos galardones de agencias estadunidenses como la DEA y la FBI, además de la Interpol y el gobierno de España, Colombia y Ecuador. Hoy, todos voltean para otra parte y fingen demencia.

En diciembre de 2019, García Luna fue detenido en Dallas, Texas, y de ahí llevado a una prisión en Nueva York, en donde el 21 de febrero de 2023 fue declarado culpable de cinco cargos criminales y los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos pidieron cadena perpetua para este criminal. Originalmente, se fijó el 27 de junio de 2023 como fecha para conocer la sentencia, pero en reiteradas ocasiones el juez Brian Cogan la pospuso hasta ayer: 38 largos años para quien, dentro del gobierno de Felipe Calderón, era el principal operador y protector del narcotráfico. Y nadie se dio cuenta (versión oficial).

Por cierto, el mismo día que en Nueva York condenaron a García Luna, el Poder Judicial actuó en consecuencia: los integrantes del decimoséptimo tribunal en materia administrativa del primer circuito de la Ciudad de México (Rolando González Licona, presidente; Eduardo Baltazar Robles y Amanda Roberta García González, magistrados) ordenó desbloquear las cuentas bancarias de su esposa Linda Cristina Pereyra Gálvez, denunciada en México y Estados Unidos por operaciones con recursos de procedencia ilícita. La Unidad de Inteligencia Financiera la denunció ante la Fiscalía General de la República por operaciones ilícitas y desde el 9 de diciembre de 2019 se le incluyó en la lista de personas bloqueadas. Una raya más al tigre de los impartidores de justicia.

Sin duda, García Luna y Calderón son las cabezas visibles de esta espeluznante trama que a los mexicanos les ha costado un mar de sangre, una catarata de recursos económicos y el avance del crimen organizado (no ajeno al de cuello blanco), pero no son los únicos. Tiempo atrás, el entonces presidente López Obrador preguntaba ¿cómo es posible esa doble vida? de funcionarios y narcos, que por un lado se les premia y reconoce su labor por combatir a los malosos, y por el otro se hinchan de dinero e impunidad con la protección a la delincuencia.

García Luna no es el único, desde luego, pero cierto es dejó de ser útil a los intereses estadunidenses y sus agencias (que se metieron hasta la cocina, en todo participaban y todo lo sabían), ergo, es carne desechable y al mismo tiempo utilizable como propaganda para demostrar el decidido combate al narcotráfico ordenado por la Casa Blanca, cuando en los hechos las citadas autoridades están involucradas hasta el cuello.

Entonces, ¿qué le queda a García Luna? ¿Apelar la sentencia? Negociar con el Departamento de Justicia? ¿Información por años de cárcel? ¿Testigo protegido? O de plano tragar sapos y mantener impune a Calderón, como hasta ahora lo ha hecho la derecha gachupina.

Las rebanadas del pastel

La industria jabonera nacional está de plácemes, porque su caja registradora no deja de tintinear: en los últimos días el consumo de sus productos se ha masificado en las filas del Partido Acción Nacional y en las del sicariato mediático por él financiado, pues a la menor oportunidad, comenzando por Felipe Calderón, todos, absolutamente todos, se lavan las manos: de García Luna, no sabía, nunca me enteré, ni lo conozco, no sé quién es, ni en fotografía, no tengo evidencia, etcétera, etcétera.

X, antes Twitter: @cafevega