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Separar granos de arroz, una de las piezas en muestra de Abramović en Shanghái

La exposición propone una experiencia totalmente inmersiva // La obra de arte es incompleta si el público no se conecta, considera la performer

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▲ Los visitantes también se sumergen en bañeras llenas de flores secas para interactuar con las creaciones.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de octubre de 2024, p. 4

Shanghái. Acostarse en bañeras llenas de flores secas, encontrarse con una larga cabellera sobre la cabeza... La nueva exposición de la artista serbia Marina Abramović en Shanghái, la primera en Asia, propone una experiencia totalmente inmersiva.

Abramović , de 77 años, es mundialmente conocida por sus performance como la larga marcha de 90 días que hizo en 1988 en la gran muralla china en nombre del arte.

Transforming Energy, expuesta hasta el 28 de febrero de 2025 en el Museo de Arte Moderno de Shanghái, es la mayor exposición jamás organizada por la artista. Según prometió, es muy radical y muy diferente a cualquiera de las exposiciones que se hayan concebido.

Cada elemento de esta exposición invita a nuestro público a participar, explicó Shai Baitel, comisaria de la muestra, y añadió: La obra de arte es incompleta si el público no se conecta.

En la obra Counting the Rice (Contando el arroz), por ejemplo, los visitantes se sientan en pequeñas mesas en las que separan los granos de arroz blanco de los de arroz negro en un pequeño montículo, los cuentan y anotan el resultado en un papel que se llevan a casa.

En otro piso del museo, se invita a las personas a guardar sus celulares –experiencia difícil para algunos, que suelen tener los ojos pegados a las pantallas – y a usar auriculares antirruido mientras repiten gestos, como abrir o cerrar una puerta.

Quiero realmente que haya una desintoxicación de tecnología en este espectáculo, señaló Abramović .

La latitud y la perspectiva de su trabajo son increíbles; es genial, destacó Nikki Yang, una de las visitantes.

Nunca hubiese pensado que un día expondría en China, agregó la mujer, de 43 años.

Otro asistente, Yang Shangxuan, de 24 años, indicó que le llamó especialmente la atención una obra que invitaba a los espectadores a situarse en medio de una estructura con cristales, en una sala sembrada de virutas de madera perfumadas.

Cerré los ojos para sentir la energía de los cristales, y aunque no la sentía, me relajó mucho, explicó el joven, que descubrió a esta artista en el colegio.

Además de presentar una decena de nuevas obras, la muestra reconstituye también la marcha sobre la muralla china a través de más de mil fotos y videos.

Marina Abramović se hizo famosa con una obra audaz, que busca empujar los límites y borra la frontera entre el cuerpo del artista y su arte, a menudo con la presencia del público.

En uno de sus performances más conocidos, Rhythm 0, de 1974, se quedó sentada inmóvil en una silla durante seis horas, mientras los asistentes tenían a su disposición 72 objetos para usar –flores, cuchillos y hasta una pistola– sobre ella como quisieran.

Algunos terminaron por mostrarse violentos, al descubrir que podían actuar con total impunidad.