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José González Figueroa fundó la CNTE en 1979

El maestro Figue, toda una vida en la lucha social y por la educación
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▲ El maestro José recibió el pasado sábado el reconocimiento de la comunidad educativa de la zona norte de Nezahualcóyotl.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Lunes 30 de septiembre de 2024, p. 14

La fecha exacta de su nacimiento se pierde en el tiempo de una época marcada por la pobreza extrema. En su pueblo natal, El Carrizo, municipio de Copala, Guerrero, en el umbral de la década de 1940, pasó los primeros años José González Figueroa, quien cumple más de seis décadas como maestro, luchador social y formador de generaciones de niñas, niños y adolescentes.

Fundador del subsistema de telesecundarias en 1968, donde despuntó como uno de sus principales promotores y defensores, González Figueroa acompañó también la creación, en 1979, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en la que participó activamente por la defensa de la escuela pública, la democratización del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y del país.

Hijo de María González Figueroa y Alfonso González Martínez, quienes sin saber leer ni escribir lograron inculcar en él y sus hermanos sólidos principios de respeto a su raza mestiza y a la dignidad de toda persona.

En entrevista con La Jornada, recuerda que con más de 10 años de edad pudo aprender a leer y escribir, luego de trasladarse desde El Carrizo al puerto de Acapulco junto con su familia ante la precariedad que enfrentaban.

Pese a desempeñarse en múltiples oficios –canastero o cargador en el mercado municipal de ese lugar turístico–, logró concluir la primaria gracias al apoyo de maestros como Pascual Peredo Leyva, heredero de la lucha revolucionaria y de la utopía que pugnaba por una educación para todos.

“Fue mi primer maestro. Cuando llegué a la escuela me dijo: ‘aquí vas a aprender’. Yo ya tenía 12 años y tenía astucia de la vida. Un día el profesor me dijo: ‘tú eres muy vivo, vas a terminar temprano tu primaria’, y así fue, la hice en tres años.”

Como muchos niños que deben emigrar para subsistir, sus primeros años no fueron fáciles. En El Carrizal realizó faenas del campo y en el puerto de Acapulco también trabajó como lavaloza y garrotero en la cadena de hoteles Hilton, donde llegó a ser jefe de ese departamento, y más tarde incluso fue hasta boxeador, lo que no impidió que lograra concluir su secundaria en la escuela nocturna.

Incansable en su búsqueda de justicia social, el profesor González Figueroa encabezó desde su adolescencia y juventud movimientos en pro de los derechos de trabajadores y colonos.

Con madera de líder

A finales de la década de 1950, junto con Alfredo López Cisneros, conocido como El Rey Lopitos, fundó la colonia popular de La Laja, en Acapulco, lo que permitió a cientos de familias pobres tener un terreno seguro para edificar su vivienda.

Más tarde se sumó al movimiento social contra el gobernador Raúl Caballeros Aburto (1957-1961) ante la represión ejercida contra el movimiento estudiantil en la entidad, que años más tarde será clave para el surgimiento de líderes como Lucio Cabañas y Genaro Vázquez.

Con cerca de 20 años, decide emigrar nuevamente con pocos pesos en sus bolsillos; se trasladó a Iguala, Guerrero e ingresó al Centro Regional de Educación Normal, donde encontró su vocación docente, la cual nunca abandonaría.

Su origen humilde y su deseo de justicia social, narra, lo encauzaron hacia la difícil tarea de atender a la comunidades más necesitadas. Pronto destacó como líder magisterial y en la fundación de escuelas.

Mi primera asignación como maestro me la dieron en la comunidad de Jilotepec, estado de México, y más tarde en la escuela de El Molinito, en Naucalpan. Pero la primera escuela que fundé fue en Calpulalpan. No había nada, sólo una mesa muy grande. No iban todos los niños, pero pronto logramos tener un espacio y hasta logré fundar un equipo de futbol.

Líder magisterial en la lucha por la educación pública y la democratización del SNTE, González Figueroa encabezó el combate al charrismo sindical desde los años 70 del siglo pasado.

En el subsistema de telesecundarias, fue precursor de varias escuelas, entre ellas la 190-F José Vasconcelos, donde labora desde que impulsó su creación, justo en los límites de la Ciudad de México y el municipio de Nezahualcóyotl, estado de México, donde atiende a hijos de obreros y comerciantes ambulantes.

En su lucha sindical, recuerda, estuvo acompañado por incansables compañeros, como el maestro Juan Manuel Cisneros González, originario de Atoyac de Álvarez, Guerrero, hijo de padres campesinos, quien inició su larga trayectoria docente como profesor municipal, con la secundaria recién concluida. También lo acompañaron Germán Aguilar, Sócrates Pérez y Noé Morales, entre muchos más.

Como maestro de telesecundaria participó activamente en la formación de la Comisión Nacional de Maestros Coordinadores de Telesecundarias y más tarde, tras la creación de la coordinadora, fue líder de Comités de Lucha Magisterial en el estado de México, donde conoció a uno de los dirigentes más emblemáticos del magisterio disidente, Misael Núñez Acosta, cuyo asesinato en 1981 “nunca ha dejado de recordar con la exigencia de justicia, como un acto de justicia y memoria“, afirman sus camaradas.

Homenaje de vida

Con más de 60 años de trayectoria magisterial, familiares, amigos y compañeros de la lucha lo homenajearon por su jubilación, luego de una prolongada y fructífera carrera como educador y líder magisterial.

“Muchos de quienes lo han conocido ven en mi padre un ejemplo de lucha, pero también de congruencia. Reconocen en el maestro Figue o Pelonchas, como le dicen muchos de cariño, a un hombre comprometido a fondo con las causas justas, con el humanismo más sincero y desinteresado, con el compromiso con él otro sin excusas ni pretextos”, reconoce su hijo Reynaldo González Pérez, docente, ingeniero y maestro en matemáticas educativas.

El homenaje, que reunió a líderes sociales, luchadores magisteriales, ex alumnos, autoridades educativas federales y locales se realizó el 28 de septiembre, con el que se busca dar un reconocimiento no sólo a mi padre, sino a toda una generación de maestros herederos de un proyecto social que buscó poner la educación en manos de quienes menos tenían, afirma Benjamín González Pérez, quien junto con Virginia María y Quetzali, acompañaron a su padre para recordar su carrera y obra.

El encuentro se realizó en la telesecundaria 190-F, en avenida México 91, colonia Vergel de Guadalupe, a pocos metros de la Avenida Central y la calle Jalisco, en Nezahualcóyotl, estado de México.