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Cañeros vencen 4-0 a Sultanes

Cede la lluvia y arranca primer partido de miniliga del Pacífico
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▲ La afición beisbolera debió esperar un par de días para poder ver en acción a las novenas visitantes en el estadio Fray Nano de la Ciudad de México.Foto Liga Mexicana del Pacífico
 
Periódico La Jornada
Domingo 29 de septiembre de 2024, p. a11

La lluvia cedió unas horas y por fin salió el Sol. Como si fuera una señal sagrada para los fanáticos del beisbol, que aguardaron un par de días tormentosos para que pudie-ra empezar el minitorneo de la Liga Mexicana del Pacífico en el estadio Fray Nano en la Ciudad de México, todo se movió con prisa para ganarle la partida al mal tiempo. Y así al fin arrancó el primer juego en el que Cañeros de Los Mochis derrotaron 4-0 a Sultanes de Monterrey. El resto de los partidos aún dependerán de las condiciones climáticas.

Los juegos que estaban planeados empezar el jueves se cancelaron por lluvia y el viernes sucedió igual. Mientras, los equipos invitados, Sultanes, Cañeros, Venados de Mazatlán y Charros de Jalisco sólo esperaban algún cambio en el estado del tiempo, y permanecían a buen resguardo, trabajaban en el gimnasio para no desperdi-ciar el tiempo. Los aficionados, en tanto, esos que pagaron por sus boletos para ver a equipos que no suelen visitar esta ciudad, esperaban con paciencia asombrosa en las gradas y con la mirada fija en la tormenta incesante que anegaba el diamante.

Pero el sábado salió el Sol y nada parecía estorbar para que fuera un día de parque de pelota. A marchas forzadas las cuadrillas del Fray Nano trabajaron para dejar el campo listo para que por fin arrancara el primer día de la gira de la Liga Mexicana del Pacífico en Ciudad de México. Ya sin Charros, equipo que decidió volver a Jalisco ante la incertidumbre que planteaba el mal clima, las demás novenas salieron al terreno.

Si me preguntan cómo hicimos para dejar listo el campo, no sabría qué responder porque ni nosotros supimos cómo pudimos. Tierra por acá, secar por allá, arreglar el pasto aquí, pero ya se puede jugar, dijo orgulloso uno de los trabajadores del estadio. El diamante lucía todavía algunas huellas de las tormentas, los senderos se veían un tanto sueltos lucían grandes manchas de grava seca que se utilizó para cubrir las partes lodosas.

Había poca gente en las gradas, sólo los fieles aficionados a este deporte que es imposible de jugar con lluvia, pues se torna peligroso. Sin embargo, estaban exultantes, haciendo ambiente con la música de fondo o con las gracejadas que hacía una de las mascotas que recorría las tribunas.

Yo perdí lo que pagué el viernes, 600 pesos, cuenta Tony Cervantes, aficionado de cepa que acude religiosamente al estadio Alfredo Harp Helú para ver a Diablos Rojos, pero que quería ver el juego de los equipos del Pacífico.

Lo perdí porque había comprado boletos para vienes y sábado; me podían hacer válido para entrar el domingo, por ejemplo, pero muchos sólo podíamos venir determinados días, así que no tenía opción. Pero ya sabemos, así es el beisbol y así es el estado del tiempo, agregó sin mayor lamento.

El partido tuvo momentos de beisbol de gran manufactura, a pesar de que estos juegos son par-te de la pretemporada rumbo al inicio de la fase regular el 11 de octubre. Los Cañeros anotaron desde la primera entrada y volvieron a pisar la caja registradora tres veces más en el sexto rollo. Los Sultanes parecían todavía con cierta modorra propia de los inicios de torneo.

El toletero de Los Cañeros, Roberto Castro, quien remolcó dos de las carreras de la sexta entrada, contó que había impaciencia en el equipo para iniciar el cuadrangular. Después del viaje a la Ciudad de México, pero confinados por la lluvia.

Todos estábamos ansiosos, contó el cañonero; pero no se podía hacer nada, sino trabajar en el gimnasio. Y esperar, que es lo que se hace en estos casos. Al menos hoy ya pudimos jugar, pero hay poca gente. Es comprensible, pues la lluvia afecta la entrada de un parque de pelota. Así es esto, así es el beisbol, concluyó.