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Reconocen yaquis el respaldo de AMLO: nos devolvió la dignidad
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Periódico La Jornada
Sábado 28 de septiembre de 2024, p. 5

Vícam Pueblo, Son., El reloj presidencial comenzó la cuenta regresiva. El último fin de semana de giras para cerrar el mandato y entregar la banda presidencial. El pase final de la estafeta a su sucesora Claudia Sheinbaum Pardo.

Hombre de símbolos, el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su último viaje por el país en la comunidad de Vícam, en el sur de Sonora, donde hace exactamente tres años (28 de septiembre de 2021), en un acto de contrición, pidió perdón a nombre del Estado mexicano a los pueblos yaquis por los agravios sufridos a lo largo de cinco siglos.

Ese día, acompañó aquella acción con el anuncio de un plan de justicia para esta etnia, que ayer rubricó el cierre de sus compromisos con la entrega del Acueducto Yaqui –que iniciará operaciones la siguiente semana– y del distrito de riego 018 –funcionará en diciembre– para resarcir la histórica deuda para el acceso al agua a esas comunidades.

Fue Sheinbaum quien en una clara insinuación a la negativa de la monarquía española para pedir perdón a los pueblos indígenas, destacó que, en contraparte, López Obrador sí lo hizo.

Onésimo Buitimea Valenzuela, secretario de la guardia tradicional de Vícam Pueblo, destacó que la presencia en esta comunidad del presidente saliente y la mandataria entrante simboliza la determinación de incluir a los pueblos originarios en la agenda nacional, y que sean parte de ella.

En medio de la expectativa, la gente acudió a despedirse del mejor presidente, quien estuvo acompañado por su sucesora.

Los pobladores de esta etnia aseguraron que, como nadie, López Obrador no sólo acudió a sus comunidades, sino que les restituyó tierras (392 hectáreas) y recursos naturales; emprendió programas para vivienda, salud y educación; pero sobre todo nos devolvió la dignidad.

Minutos antes, sobre la carretera, la camioneta en la que viajaban fue detenida por trabajadores del Poder Judicial que reclamaron al Presidente por la reforma y solicitaron diálogo con Sheinbaum.

Kilómetros adelante, ya en la comunidad yaqui, los visitantes fueron recibidos entre júbilo y algarabía. Decenas se arremolinaron en torno a la camioneta en que viajaban.

José Ramón Rojas se abrió paso entre la multitud y cuando estuvo cerca del mandatario exclamó: ¡Caballo!. López Obrador volteó con una sonrisa cómplice al entender el término, que en el beisbol, deporte de sus pasiones, describe a los jugadores más tenaces.

El hombre le entregó dos pelotas y volvió a embestir, aunque ahora aludiendo a Sheinbaum: ¡Caballona! La futura presidenta –que viajaba en la parte opuesta– buscó con la mirada la voz y, con cierto desconcierto, probablemente al no entender el término, sonrió y lo saludó.

Siguió la parada obligada en la ramada, lugar sagrado de esta etnia en el que se toman las más trascendentales decisiones.

Cumplido el protocolo, se dio paso al acto, donde el mandatario aprovechó para recordar que fueron los yaquis quienes le solicitaron impulsar una reforma a la Constitución para garantizar los derechos de los pueblos indígenas.

Ésta fue aprobada hace unos días por el Congreso de la Unión, por lo que el mandatario cerró su última visita a esta etnia subrayando: Ya podemos decir, misión cumplida.