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La inquietud adolescente, una de las fuerzas motoras de Señales del fin del mundo

Novela de la poeta y ensayista Flor Aguilera, con ilustraciones de Nuria Mel y publicada por la UANL

 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de septiembre de 2024, p. 5

A veces las ideas literarias surgen rápido, pero en otras ocasiones necesitan tiempo para madurar. En el caso de la poeta, narradora y ensayista Flor Aguilera su novela Señales del fin del mundo evolucionó durante la pandemia de covid.

“Escribo de manera constante, pero no siempre con la misma velocidad. Este proyecto literario es fruto de un proceso prolongado en el que entrelacé mis reflexiones sobre la adolescencia, la seguridad de las jóvenes y las dinámicas familiares.

Mi novela comenzó a germinar en la provincia canadiense de Alberta, cerca del Centro Banff para las Artes, donde tuve una residencia artística, rodeada por escritores de muchas partes del mundo. Conviví intensamente con los colegas, comíamos, cenábamos y hablábamos de nuestros procesos creativos, explicó la escritora en entrevista con La Jornada.

La trama narra la vida de Andrea, quien a sus 16 años ha tenido el privilegio de conocer los lugares más extraordinarios de la Tierra. Todos a su alrededor la consideran muy afortunada, y lo es, pero pocos saben que vive atrapada entre reglas, frialdad y secretos familiares que han lastimado a mucha gente… a ella, en primer lugar.

Es como si la vida real, con todo su dolor y su intensa belleza, estuviera prohibida. Sin embargo, la protagonista sabe que hay más y que es su derecho encontrarlo.

Hay una enorme preocupación por la seguridad de las adolescentes, subrayó la autora. Esta inquietud se convirtió en una de las fuerzas motoras de la historia. También reflexionó sobre las expectativas que los padres imponen a sus hijos, en especial a las hijas.

“En el caso de Andrea, la madre intenta protegerla, haciéndola encajar en ciertos moldes, como vistiéndola de una forma que da la falsa seguridad de que, si se viste modestamente, atraerá menos atención masculina.

Eso quita libertad, pero tranquiliza a los padres. Sin embargo, la joven está en completo desacuerdo con esta imposición, y lo expresa.

En cuanto a la estructura narrativa, la poeta puntualizó que el uso de la primera persona y el formato de diario fueron decisiones intencionales. “Me gusta escribir de esa forma porque acerca mucho al lector con el personaje.

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Ser una chica del siglo XXI implica un bombardeo de imágenes e ideas, comentó Flor Aguilera en entrevista.Foto cortesía de la narradora

En este caso, el hermano de Andrea se va de casa a estudiar fuera, y le deja a ella un cuaderno, que se convierte en su diario. Por esa razón, la protagonista le habla a la libreta como si fuera su familiar, pero al mismo tiempo se dirige al lector.

Un aspecto relevante en la novela es la presión constante que hoy enfrentan los adolescentes.

Para Flor Aguilera, “ser una chica del siglo XXI implica un bombardeo de imágenes e ideas. Desde que se despiertan, los jóvenes están inmersos en una especie de torbellino de expectativas sobre cómo deben verse, cómo deben ser para ser atractivos. Eso no existía cuando yo era joven, o si existía, era algo muy lejano. Hoy, todo está al alcance de la mano, y eso crea una presión tremenda.

Como muchas adolescentes de hoy, Andrea se enfrenta a la paradoja de querer integrarse en su entorno y, al mismo tiempo, destacar. Sin embargo, su proceso de descubrimiento incluye no sólo el amor y la amistad, sino también una reconexión con su país: México.

Publicada por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), con ilustraciones de Nuria Mel, Señales del fin del mundo evoca tanto los momentos de crisis personales como las catástrofes globales que marcaron la pandemia.

“Gran cantidad de novelas juveniles distorsionan o idealizan el amor romántico en la adolescencia, cuando en general es una experiencia donde los chicos se sienten torpes en sus primeros acercamientos y en general no tienen finales felices.

Esta trama no está escrita al estilo del estadunidense John Green. Al contrario, aborda las crisis y los descubrimientos que atraviesan los adolescentes, pero también sobre el amor, la amistad y las presiones del mundo contemporáneo. Espero que la historia resuene en los jóvenes de hoy y en aquellos que alguna vez lo fueron.