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Escuela de rock, de Guillermo Briseño, cumple la mayoría de edad

El sitio, durante 18 años, ha fomentado la creatividad y fortalecido el conocimiento, señala el director

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▲ Miviam Ruiz, funcionaria de la Secretaría de Cultura local, Saúl Hernández y Diego Herrera, de la banda Caifanes, acompañan al director Guillermo Briseño (de pie), en el Museo de la Ciudad de México.Foto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de agosto de 2024, p. 7

Los alumnos de la Escuela de Música del Rock a la Palabra (EMRP) no cabían de gozo y celebraron junto con su director Guillermo Briseño los 18 años, la mayoría edad, de esa academia, con la presencia de los caifanes Saúl Hernández y Diego Herrera, quienes apadrinaron la efeméride en el Museo de la Ciudad de México.

La escuela, expresó Briseño, durante este tiempo ha fomentado la creatividad y fortalecido el conocimiento en número grande de jóvenes artistas, que dejaron sentir su presencia en el ámbito musical contemporáneo en México y en el extranjero; muchos han terminado sus estudios y la vocación que los mueve es no detenerse: tocan, hablan, interactúan con otras artes y algunos son maestros en la EMRP.

El pianista y compositor, acompañado por Argel Gómez, encargado de despacho de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México; Miviam Ruiz, directora de Educación Artística y Formación Comunitaria, y Francisco Becerra, director académico del Centro Cultural Ollin Yoliztli, anunció la serie de actividades que se realizarán en torno a los 18 años, que incluyen talleres, la publicación de versos, colaboraciones con Cirko de Mente, presentaciones musicales en el Centro Cultural Ollin Yoliztli y un concierto de aniversario con estudiantes y ex alumnos.

Briseño contó: “mis invitados son amigos, los quiero y fue el instinto que me hizo atinar y decirles: ‘oigan apadrinen esto’ y rápido me dijeron que sí; este compadrazgo se remite muchos años atrás cuando me eché un palomazo con Las insólitas imágenes de Aurora en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, entre otras historias muy locas que hemos compartido”. Ahora sus aventuras musicales continúan, pues el director de la escuela acompañará en el escenario a los Caifanes, el sábado, en el Estadio GNP, que ya tiene taquilla agotada.

Al tomar la palabra, Saúl Hernández enfatizó: estamos aquí por apoyo incondicional a Memo, como hermano, como músico y maestro, pero también por el camino que ha hecho la escuela, en una tarea ardua, se ha creado un espacio que no tuvimos; nosotros aprendimos como pudimos, si es que aprendimos algo. La escuela rompe con una serie de intelectualismos y por lo que he escuchado de su recorrido es de creencias, credibilidad, amor, de existir, de encontrarte a ti mismo y tener la fortuna de haber hecho lo que estás haciendo; donde no hay límites. Dicen que la victoria es el único camino hacia la gloria y la música es así.

El intérprete de Viento y Los dioses ocultos subrayó: México es un país donde todo es posible, pero nada se puede. Y cuando quieres ser tú mismo también te cortan la cabeza, y estos ejercicios que estamos todos compartiendo, tanto la escuela, como las vivencias, los conciertos, los caminos, las instituciones, etcétera, están rompiendo con eso. La escuela es un parámetro, una línea, una flecha que está rompiendo con todo eso, para que seas libre de pensar, de decir lo que quieras, que te sientas feliz con quien eres y lo expreses.

Diego Herrera recordó sus inicios en la música y señaló que su convicción era improvisar y por esa razón descartó acudir al conservatorio. Me hubiera encantado que en esa época hubiera existido una escuela de rock o de jazz; cualquier esfuerzo que dure 18 años en esta época donde nuestra capacidad de atención se centra en un teléfono celular es admirable y respetable. Esta es una carrera de resistencia y no de velocidad y compartimos con Memo, lo de ser aferrados, desde hacer lo queríamos sin importar si generaba lana o no.

Argel Gómez sostuvo: llegar a la mayoría de edad es un momento importante para esta escuela, pues comenzó como una conspiración, porque es lo que ha hecho Memo toda su vida: conspirar. Lo hizo hace 18 años con una pedagoga universitaria Raquel Sosa y dijeron vamos en esta lucha por desestigmatizar el rock, abrir la escuela y las puertas a los jóvenes de manera gratuita para roquear y fortalecer la escena de este género en México.

Éste sigue siendo un proyecto transgresor, joven y no sólo por la energía de todos sus integrantes, sino también por el eterno joven que es Guillermo Briseño, quien ha sido el sello de la escuela.

Gómez recordó la historia del rock, la época de censura, los años oscuros de principios de los setenta, la época de los hoyos funky, la génesis de los conciertos masivos en plazas públicas donde no se persiguiera a los jóvenes asistentes, lo cual fue producto de una lucha de muchos años y varias generaciones; con numerosos músicos cuya entrega fracturó al viejo régimen príista.

De esa primera generación roquera Briseño merece reconocimiento por su perseverancia, creatividad, su mezcla de géneros y buscó que se escuchara su producción blusera roquera, con ese acento mexicano latinoamericano, cantando en español.

De esta somera historia del rock, puntualizó el funcionario, el quiebre fundamental que se vivió ocurrió a mediados de los años ochenta con los conciertos masivos, organizados con gran capacidad de autogestión. A manera de anticipar la luz que venía hacia un género que había sido perseguido aparecen los Caifanes tocando en Ciudad Universitaria.

Entonces “se abre una posibilidad que no se había vivido en México que eran los conciertos masivos; la gran convocatoria que logró la banda no tiene antecedente y por esta razón es muy simbólico que Saúl y Diego nos acompañen hoy; son piedra angular del crecimiento del rock –entre otros artistas y bandas– que en esa época estaban politizados, solidarios, se comprometieron en causas sociales y abrieron espacios para este género”.

Luego de recordar el incidente, el último coletazo autoritario que hubo contra los jóvenes en un memorable concierto que ofreció Caifanes en la explanada de la alcaldía Venustiano Carranza, Argel Gómez sostuvo: la EMRP vuelve a ser territorio de conquista más, abriendo la educación para un género que fue perseguido por transgresor, inconformista, que convocaba y sigue convocando a miles de personas.

Al final los alumnos y profesores, junto con su director, tuvieron una charla con los integrantes de Caifanes. Saúl Hernández rodeado de los asistentes y de las cámaras de celulares se encaminó hacia el área donde contarían experiencias y ofrecerían recomendaciones a los jóvenes músicos.